Diego de Mestajas, La Vizana y la Virgen del Carmen

DON JUAN ANTONIO VEGA lo describía en La Voz de Benavente en tres actos: el drama de Feliciana, víctima de violación por parte del amo a quien servía en Mestajas, hasta dar a luz y la crianza del hijo natural en la clandestinidad sobre el origen de la criatura y su vida de después como ventero en la venta de la Vizana; vida del matrimonio hasta su enfermedad con muerte de la esposa y apoplejía de Diego; recuperación y confesión del ventero y revelación sobre su origen y situación de no bautizado con la intervención milagrosa de la Virgen del Carmen, tras la promesa de llevar su escapulario y enterrarse con su hábito. Viene de Mestajas un sacristán que declara que Diego está bautizado, como consta por acta que él mismo inscribió en el Libro de Mestajas, donde hace cuarenta años que vive y donde conoció al padre de Diego, que se llamaba Blas Luis. ¡Jesús! Exclama el enfermo, al oír la revelación. Y también al oír la exclamación, escapan de la venta los diablos en forma de bultos negros. Asombrados y adivinando la causa de todo lo ocurrido, los sacerdotes caen en la cuenta y trayendo óleo y crisma, rebautizan a Diego el día dos de abril de 1615, poniéndole el nombre de Francisco. El enfermo vive después cinco meses, en que tuvo tiempo para recibir los sacramentos y hacer su testamento y disponer que se le enterrara con hábito del Carmen. Un tanto enrevesada es la trama del romance del niño, hijo natural, tenido por no bautizado y ventero en la venta de la Vizana. Versión legendaria de algún hecho, que sucedido de manera parecida a como lo narra el romance, pudo ser real e histórico. He dicho y lo repito, que la lectura del romance me impresionó y me hizo pensar. Y digo y repito también que todo romance y leyenda, más o menos complicado por efecto de la transmisión, en su principio y origen suelen ser la relación de un hecho que realmente sucedió. Permítame el lector que diga que el estudio de muchas leyendas y romances me han llevado a tal conclusión. Dije que el haberme decidido a comentar el romance se debe a la intervención de la Virgen del Carmen en el drama. No me extraña nada esa particularidad y explico por qué. La influencia de los Carmelitas de La Bañeza en la ribera del Orbigo fue notable en los ss. XVII, XVIII, XVX. Los Carmelitas llegaron a La Bañeza en 1595. Precisamente por esas fechas de principios del s. XVIII el romance habla del año 1615, hablan algunas Crónicas de hechos parecidos al que comentamos. Es hecho histórico que a mediados del s. XVI San Francisco de Borja estuvo en Mestajas revisando un terreno para posible establecimiento de un Colegio de Jesuitas, que al fin no se hizo. No fue por eso el que se dio a Diego, al rebautizarle, el nombre de Francisco, pues en 1616 San Francisco de Borja aún no estaba canonizado. Si pudo ser por San Francisco de Paula, el Fundador de los Mínimos, que sí lo estaba. Traigo esos datos y los siguientes para tratar de probar que lo referido en el romance puede responder a algo real e histórico. En libros de las riberas del Orbigo y del Esla consta la fundación de Cofradías del Carmen por Carmelitas de La Bañeza y de Valderas. En el mesón de Villamañán, por ejemplo, tenían rentas los Carmelitas de La Bañeza, concedidos por el Marqués de Astorga, señor de Villamañán y otras seis villas de Campos. El libro de Fray Gerundio, del P. Isla y el Colegio de San Mateo de Valderas, fundado por el Obispo Carmelita Fray Mateo Panduro y Villafañe, son buen testimonio del apostolado e influencia de los Carmelitas de Valderas en la comarca central de Campos. Nada extraño, pues, la intervención de la Virgen del Carmen, consecuencia del conocimiento y devoción popular, en el drama del romance a que nos hemos referido. Son ecos de vida e historia del contorno de Alija del Infantado, de Mestajas, la Vizana y alrededor. El agua del río de la vida, como la de las corrientes fluviales, pasa, pero también se queda, ya me entienden.