La izquierda y el clero se pelean por un huerto en la provincia de Córdoba

«Después de las elecciones ya pensábamos que podría-mos pasar un veranito tranquilo, pero ahora nos vienen con esto. Como ellas no cogen vacaciones», lamenta una portavoz del Ayuntamiento de Córdoba. Ellas son las monjas del convento de Santa Ana. Once mujeres de avanzada edad que han hecho que los religiosos de media España fijen su atención en la ciudad andaluza. Una decisión del gobierno municipal (en ma-nos de Izquierda Unida, que aquí contó con el apoyo del las religiosas designen, teniendo en cuenta su clausura. Desde Santa Clara ya se ha presentado un escrito de alegaciones y aseguran que seguirán luchando por su huerto. Y la obra no está prevista hasta el 2011, así que habrá cruzada para rato con el resto de fuerzas políticas) ha generado una disputa propia de la imaginación de Giovanni Guareschi (el creador del conocido cura Don Camilo). En un pleno local se acordó ampliar el paso que conecta el casco histórico con la zona comercial (una cuesta, la de Peromato, estrecha y en ma-las condiciones). No habría problema si no fuera porque para ello es necesario expro-piar un trozo del huerto de las Carmelitas Descalzas. Se trata de un 10% del terreno, unos doscientos metros cuadrados, pero que las propietarias consideran de vital importancia. «En él cultivamos hortalizas y ese es nuestro modo de vida. Además, estamos en clausura y que nos quiten ese espacio nos afecta especialmente», explica la priora, María Asunción de Jesús. Ella fue la que decidió enviar circulares a religiosos de todo el país contando el caso y pidiendo firmas: «Ya hemos recogido 23.500 y eso sólo contando las de por aquí», detalla la responsable del convento, enfadada por la forma de operar del Ayuntamiento y porque «nadie se ha puesto en contacto con nosotras».