Bélgica será el tercer país de la UE en legalizar la prostitución

Primero Holanda, después Alemania y ahora Bélgica. El último de estos países presentará en breve un proyecto de ley para legalizar la prostitución, para acabar con las lagunas que rodean a la histórica profesión y poder así combatir mejor actividades como el tráfico de seres humanos y la pornografía infantil, que seguirán estando duramente castigadas. Las cotizaciones de las nuevas trabajadoras ingresarán en las arcas públicas belgas unos 58 millones de euros al año. La regulación de la llamada vida alegre forma parte de un compromiso escrito, firmado por liberales y socialistas, cuando decidieron constituir el Gobierno bipartito salido de las urnas el pasado 18 de mayo. El jefe del Ejecutivo, el flamenco Guy Verhofstadt, que repite en el cargo, ya dio muestras al país de hasta donde está dispuesto a llegar, pues en la anterior legislatura impulsó leyes para regular asuntos tan espinosos como la eutanasia, los matrimonios entre homosexuales y para despenalizar el consumo de las drogas blandas. Esta vez, aparte de la prostitución, también facilitará que los transexuales puedan cambiar su nombre en el carné de identidad, aunque no estén operados. La nueva ley, aseguró la diputada liberal Hilde Vautmans, «sacará a la profesión más antigua del mundo de la ilegitimidad y la oscuridad». Situación confusa En cierto modo, la situación legal de la prostitución en Bélgica es un tanto confusa y contradictoria, pues aunque están prohibidas la explotación sexual y el reclutamiento, ni profesionales ni sus clientes son sancionados. Además, en ciudades como Bruselas y Amberes pueden verse a plena luz del día escaparates en los que las prostitutas se exhiben semidesnudas, incluso como un reclamo turístico. Además, «estrictamente hablando, que una prostituta trabaje como autónoma es legal, pero cualquier otra forma es ilegal», explicó el senador socialista Ludwig Vandenhove, aludiendo a que bajo el epígrafe de «independientes» ya están cotizando al Inasti -el instituto de la Seguridad Social belga- algunas profesionales, sobre todo las de los escaparates. La nueva ley creará un epígrafe específico para regular de forma más clara este submundo, algo en los que el nuevo Gobierno violeta sólo ve ventajas, pues le podrá ayudar a cuadrar mejor las cuentas públicas, ya que por esta vía espera ingresar en torno a 58 millones de euros por cada uno de los ejercicios. La prostitución se estaba convirtiendo en un asunto que preocupaba a nivel político. La Organización Internacional de Migraciones señala que el tráfico de seres humanos para la explotación sexual no dejó de crecer en Bélgica en la última década y estima que unas 30.000 personas ejercen esta profesión. Cuando se apruebe la nueva ley, Bélgica, de profundas raíces católicas, se convertirá en el tercer de la UE en legalizar la prostitución, después de las iniciadoras Holanda y Alemania.