Un año más el tiempo acompañó a la organización y el calor dominante hizo que el trazado estuviera totalmente poblado por aficionados.
Uno de los coches sufrió un pequeño accidente que por suerte sólo causó daños en la chapa del vehículo.
Los espectadores se agolpaban en las laderas para poder avistar la carrera y disfrutar de la velocidad de los vehículos participantes.
El piloto Pakito García durante la Subida a Riego en una de las curvas del trayecto.
Un aficionado bajo una sombrilla para quitar el agobiante calor durante la Subida a Riego. Los aficionados que se acercaron a la zona de la prueba llegaban no sólo desde El Bierzo sino también desde Asturias y Galicia.
Uno de los momentos del recorrido estaba plagada de público que observaban como el piloto Andrés Vilariño trazaba la curva.
Andrés Vilariño con su coche durante los entremientos de la Subida a Riego 2003, en su decimoséptima edición.
La barqueta de Jesús Bango, durante los entrenamientos de la Subida a Riego, celebrada en julio.