Calor, calor y más calor

Este verano está siendo uno de los más calurosos que ha vivido León, y todas las gentes de la provincia se están percatado de ello. A no ser que se pueda escapar de los humos y el estrés de la ciudad, hay que aguantarlo de la mejor manera posible. Como no todo el mundo puede irse de vacaciones resulta difícil acostumbrarse a los meses estivales. Y sino que se lo pregunten a los potros de la imagen que se conforman con una pequeña sombra de un árbol, para descansar en sus «ratos libres». Por otro lado, encontramos a unos extranjeros que pueden disfrutar de sus vacaciones. Por esta razón ayer visitaron la localidad de Valencia de Don Juan y allí se empaparon de las costumbres de la provincia de León. El difícil arte del porrón Los estudiantes del curso de verano para extranjeros de la Universidad de León visitaron en la tarde del martes los monumentos y encantos de Valencia de Don Juan. Acompañados del historiador coyantino Miguel Angel Millán Abad, recorrieron las calles de la localidad, realizaron las paradas obligatorias para hacer fotos en el Castillo, en la iglesia parroquial San Pedro Apóstol y en la iglesia de los Padres Agustinos. Además escucharon historias a cerca de los monumentos de la localidad. Los alumnos no quisieron perderse una de las más arraigadas tradiciones en la zona, como por ejemplo beber por un porrón el vino. En una bodega típica de la zona, los visitantes rusos pudieron disfrutar con la tradición estrella del día. Los jóvenes intentaron beber sin que se derramase una sola gota. Los visitantes de la localidad no dudaron en animar la fiesta y se arrancaron a cantar canciones de su tierra e incluso intentaron cantar las de León. Estas canciones en castellano y ruso pusieron punto final a la visita de estos estudiantes, que volverán a su país con muchas anécdotas que contar a cerca de las tradiciones de la localidad coyantina. Soportando el calor La gente intenta superar el sofocante calor de estos meses de verano de una forma o de otra. Los veraneantes van a la piscina o a la playa cargados con la nevera y la sombrilla, la gente lleva ropa más ligera, come helados, bebe refrescos, se disfruta del aire acondicionado, el ventilador o el abanico... Pero los animales, ¿cómo aguantan el calor estival? Pues hacen lo que pueden. Por ejemplo, en Babia, unos potros intentan soportar las altas temperaturas haciendo uso del cobijo de la sombra de unos árboles. Aunque es pequeña y todos los potros no caben, se conforman con poco, y bien sea por poner las patas traseras o la cabeza a la sombra, lo importante se estar fresquitos.