Diario de León

Será obligatorio etiquetar todos los alimentos genéticamente modificados a partir de unos mínimos

El Parlamento Europeo pone fin al embargo sobre los transgénicos

Se endurecen los requisitos para permitir su comercialización

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Miguel J. Tré - león
León

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El Parlamento Europeo ha aprobado un reglamento que regula el comercio de organismos genéticamente modificados (OGM), y más concretamente su etiquetado, autorización y trazabilidad. De esta forma, se da un paso muy importante para el levantamiento de la moratoria que mantiene desde hace cinco años sobre los transgénicos y se pone fin a las presiones y demandas que EEUU puso ante la Organización Mundial del Comercio para que los aceptara con el argumento de enviar más alimentos a los países en desarrollo. Antes de la entrada en vigor de la moratoria, los Quince habían aprobado la venta de 18 productos modificados genéticamente, que van desde distintas variedades de maíz, achicoria, remolacha y patata, hasta algodón, tomate y varias clases de aceite. Sólo en España se cultivan unas 35.000 hectáreas de distintos tipos de maíz transgénico. A partir de ahora, tienen un plazo máximo de seis meses para presentar un informe de evaluación de riesgo y poder revalidar su permiso de comercialización mediante un nuevo proceso selectivo de autorización por un periodo renovable de diez años, que se pondrá en marcha a principios del año 2004 y dependerá de la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria. La comisaria europea de Medio Ambiente, Margot Wallström ha asegurado que la aprobación de esta normativa reforzará la confianza de los ciudadanos respecto de las nuevas tecnologías. Para el comisario de Sanidad y Protección del Consumidor, David Byrne, este reglamento dota a la UE del sistema de autorización previa de transgénicos más riguroso del mundo y asegurará la protección de la salud humana y animal. Trazabilidad A partir de ahora, todos los alimentos destinados al consumo humano que contengan un mínimo del 0,9% de OGM deberán notificarlo de forma obligatoria y precisa en su etiqueta. Igualmente, durante un periodo transitorio de tres años, se establece que la presencia máxima de transgénicos no autorizados será del 0,5%, siempre que hayan obtenido el aval científico. Incluso, será indispensable etiquetar alimentos aunque sólo se detecte en ellos restos de ADN o proteínas derivadas de la alteración genética. Además, se incluyen disposiciones referidas a la alimentación animal, inéditas hasta ahora en la UE. Según recoge el texto aprobado, en la etiqueta se incluirán expresiones como «modificado genéticamente» o «producido a partir de... modificado genéticamente» en letras cuyo tamaño será por lo menos igual al de las referencias de los demás ingredientes. La obligatoriedad del etiquetado llevará asociada la trazabilidad, es decir, la posibilidad de investigar el origen y el recorrido de un producto a lo largo de la cadena de producción y distribución antes de llegar al consumidor para, de esta forma, poder actuar en caso de que se revele perjudicial para el medio ambiente o la salud humana. Esto supondrá que los consumidores podrán elegir si desean o no adquirirlos garantizándose al mismo tiempo la claridad y estabilidad a la industria. En la actualidad, hay 20 productos esperando la autorización para ser comercializados y se espera que antes de finalizar este año puedan recibir el correspondiente permiso.

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