Todos los sectores, menos la Iglesia, acongen bien la medida
? La reforma de la ley de reproducción humana asistida, aprobada ayer en el Consejo de Ministros y que permite investigar con células madre, ha sido acogida con satisfacción por la oposición, los enfermos y la comunidad científica, incluidos los opositores a la investigación con embriones humanos. Científicos como Bernat Soria, que trabaja con células madre en Singapur, Marcelo Palacios, presidente de la Sociedad Internacional de Bioética, César Nombela, presidente del Comité Asesor de Etica del Gobierno, y la académica y bioquímica Margarita Salas se felicitaron porque abre una puerta a la ciencia, mientras que la Plataforma «Hay Alternativas», opuesta a la experimentación con embriones, elogió que se limite su acumulación en las clínicas de fecundación in vitro. El Comité Ejecutivo de la Conferencia Episcopal Española califió de «insatisfactoria» y «reforma para mejor peso muy insuficiente». Para los obispos, una ley «tan gravemente injusta» como la de Técnicas de Reproducción Asistida de 1988, donde «se viola el derecho de los hijos a ser engendrados en el acto fecundo de donación interpersonal de los padres». Sin embargo, y tras la buena acogida, tanto el portavoz socialista en materia de Ciencia, Jaime Lissavetzky, como La Federación Española de Diabéticos Españoles y la Liga Europea de Diabéticos coincidieron en señalar la tardanza en la aprobación del texto. En declaraciones a Efe, Soria explicó que «no es la ley» que él «hubiera escrito», pero se mostró satisfecho porque abre las puertas a la ciencia.