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TAMBIEN SON GANAS. Las tropas españolas que mandamos a descapullar paces en tierras iraquíes se han hecho ex profeso un escudito para lucirlo en mangas o pecheras que es toda una horterez cuartelera, una rebaba siniestra y una superlativa falta de sentido común; un emblema que hace flotar como pecina en estanque podre el subconsciente arcaico y fantasmón del militarismo imperial en la toma de Granada o en fiascos de Flandes. La cosa es una cruz de Santiago flanqueada por dos columnas de Hércules distintamente coronadas, el nombre de Irak al pie del engendro y en los ángulos superiores dos letras enigmáticas (I F). El secretario de Estado de Defensa había propuesto un escudo de sólo columnas con su leyenda partida, plus ultra, pero le enmendaron la plana y parieron los montes esta grandeza, la escarapela del reconquistador cruzado, manda huevos, Trillo, manda santiagos matamoros, manda leches; y manda aquí algún coronel delineante que masturbó el cerebro para chorrear tanto diseño que recuerda manualidades de recluta, ese arte cuartelero que raya las tripas y dinamita el buen gusto. Haber elegido una cruz de Santiago para presentarse en tierra musulmana es de tal torpeza y arrogancia, que constituye un guantazo diplomático ya en la misma presentación de credenciales. Esa cruz es ante todo espada vengadora (afilada y con punta para destripar) y la religión su falaz disculpa o la bula para matar aunque el evangelio sea anatematizador en tocando a espadas (también a bastos y a oros, menos a copas, que son cáliz). Esta cruz es desentierro de tirrias sarracenas y de siglos muertos, es la representación por esencia del «matamoros» divino, un alarde ideal, pues, para lucirlo en Irak y para que nos partan allí los morros por listos y arremangados. Tanta tropa de disparates reunida en pelotón y panoplia es insultante, pero aún no tanto como esa I y esa F que angulan la composición. Creía yo que se trataría de alguna Inés Farnesio, nombres de regusto legionario, pero no; esas letras quieren decir, ni más ni menos, Iraqi Freedom (libertad para Irak), en puro inglés cervantino con el que Trillo, otra vez, manda rosas a Sandra (Bullock). Vaya bajada de pantalones, señores cuarteleros, vaya hostión a nuestra lengua y vaya mamporreros que sois.