La CIEMAT estima que el 32% del crudo se quedará dentro del barco hundido en el 2002
Un tercio del fuel permanecerá en el Prestige después de extraerlo
Un estudio realizado por especialistas pone de manifiesto las limitaciones del sistema extractor
Tres científicos del Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (CIEMAT), dependiente del Ministerio de Ciencia y Tecnología, han realizado un estudio que revela los riesgos del método de extracción del fuel que Repsol pondrá en práctica la próxima primavera. El informe, titulado «El comportamiento del fuel del pecio del Prestige tras el hundimiento, pone de manifiesto que «el 32% del crudo se quedará dentro del barco», afirma José Luis de Pablos, uno de los investigadores que firman el documento. El Gobierno aprobó el pasado abril la ejecución del proyecto que encargó a la petrolera Repsol YPF tras la crisis originada en noviembre por el hundimiento del carguero. El Prestige vertió al mar parte de las 77.000 toneladas de combustible que transportaba en sus bodegas provocando una catástrofe que afectó a gran número de especies animales, destruyó los fondos marinos de las costas gallegas y perjudicó seriamente a los pescadores. Tras meses de debate, durante los cuales el ejecutivo de Aznar recibió severas críticas por parte de la oposición y de la opinión pública ante la falta de soluciones, el Gobierno llegó a un acuerdo con la compañía Repsol para que se encargara de la extracción de los miles de toneladas de fuel que permanecían en el interior del barco. Fue en abril cuando el Portavoz y Vicepresidente del ejecutivo, Mariano Rajoy, anunció la ambiciosa operación que llevaría a cabo Repsol YPF para extraer el fuel mediante grandes bolsas lanzadera. Este método, «basado en la flotación y no en la gravedad como han difundido los medios de comunicación», matizan los científicos del CIEMAT, se propuso como alternativa al sistema de bombeo activo utilizado en otros hundimientos. Los autores de la investigación, José Luis de Pablos (doctor en Físicas), María Jesús Marcos (licenciada en Químicas) y Almudena Aguero (doctora en Geológicas), han basado su estudio en experimentos y simulaciones fluidodinámicas, así como en los datos históricos procedentes de los hundimientos de otros barcos. En su opinión el bombeo activo utilizado en accidentes como el del Erika, es el sistema que ofrece más garantías. Sin embargo, «este método se ha aplicado en hundimientos de menos de 120 metros».