Paella, siesta y campeones de sauna

La caló viene fina, como dirían los andaluces. Un grupo de ellos se tiraban ayer una siesta bien protegiditos de la sombra en Madrid. Por su parte, y bajo toldo, los vecinos de Méizara se zamparon una enorme paella. Eso sí, para exagerados, los finlandeses, que hacen competiciones de quien aguanta más en la sauna. Debe ser porque allí hace frío, porque aquí estos días no hace falta encerrarse para sudar. El pueblo que come unido El pueblo que come unido permanece unido. Esto mismo debieron pensar los miembros de la asociación San Juan de Méizara cuando hace unos años decidieron celebrar una fiesta en mitad del verano. Desde entonces, el primer domingo de agosto de cada año no se olvidan de acudir a la cita. En la tradicional paellada, para 250 personas, se gastaron 30 kilos de arroz, un congrio de doce kilos y medio, nueva pollos, once kilos de almejas y trece de gambas. Pero la comida no se quedó ahí. Además se sirvieron embutidos, tortillas, ensaladas y pinchos, así como tarta y helado, para que el almuerzo fuera completo. Fueron necesarias tres grandes paellas de más un metro de diámetro -, cedidas por el cuartel del Ejército de El Ferral- para elaborar la comida. La fiesta continuó por la noche con cena también en comunidad a base de pollo al ajillo. Después hubo baile y quema de fuegos artificiales. La siesta es sagrada Por su parte, los andaluces saben lo que es combatir la caló , como los jóvenes cordobeses de la foto. La siesta bajo los árboles del madrileño parque del Retiro es sagrada, sobre todo después de visitar la calurosísima Madrid durante toda la mañana. Normal el descanso. ¿Trofeos por asarse al vapor? Timo Kaukonen se llevó el título mundial de sauna tras dejar para el arrastre a sus competidores y aguantar 16 minutos y 15 segundos a 110 grados. La ganadora en la competición femenina fue la bielorrusa Natalia Tryfanaca, que permaneció dentro del horno al vapor 13 minutos. Estos europeos no saben qué hacer cuando no están de turistas.