Con rotundidad, Ferrero se impuso en dos horas y nueve minutos por 6-1, 6-3 y 6-2.
Ésta fue la segunda final consecutiva del jugador español después de que el año pasado cayera derrotado ante Albert Costa.
El holandés basó todo su juego en su servicio, con el que consiguió alguno a 210 kilómetros por hora, pero fue presa del juego del valenciano desde el fondo de la pista.
Ferrero fue muy superior a Verbeck, revelación del torneo gracias en gran parte a su fortísimo saque.
Juan Carlos Ferrero se abraza a sus amigos y familiares tras conseguir el título.
Como es habitual cuando un español juega la final de Roland Garros, distintas autoridades española siguieron el encuentro desde las gradas.