Un estudio advierte de que la ruptura de hogares aumenta los residuos y malgasta los recursos
El incremento de divorcios pone en jaque el equilibrio medioambiental
Los expertos señalan que las consecuencias para el entorno se notan ya a corto plazo
En España se producen anual-mente una media de 90.000 separaciones y divorcios. Y subiendo. Ocurre a nivel mundial y redunda en la mayoría de los casos en la estabilidad familiar pero también en el equilibrio natural. La ruptura de parejas es perjudicial para el medio ambiente, según defiende un grupo de científicos estadouni-denses que acaban de publicar sus conclusiones en la revista Nature , la principal publicación científica en el mundo. El estudio, firmado por cuatro científicos de las universidades de Michigan y Standford, sugiere que las separaciones son una contaminación extra para el planeta con la que inicialmente no se cuenta y justifican su teoría en el incremento de viviendas en los últimos años hasta en 76 países con espacios de biodiversidad protegidos (entre ellos España). La explicación, según ese grupo de investigación, es sencilla: donde antes había una unidad de consumo, ahora hay dos por la separación. Y ambas requieren un gasto de recursos naturales que no es igual a uno más uno. Es superior. «Un divorcio resquebraja una familia y la divide en dos casas», explica a La Voz el profesor Jianguo Liu, uno de los autores del informe. «El incremento del número de viviendas conlleva más gasto de tierra y de materiales de construcción», añade. Despilfarro de luz, de agua, ladrillos, tierra, espacio... Liu realizó la experiencia en China, en una población próxima a una reserva de osos panda. Allí observó como el número de unidades familiares aumentaba hasta un 110% -al ritmo de las separaciones- mientras la población hacía lo propio en un 70%. Otros espacios La extrapolación a otros territorios, a otros países, determinaba los mismos problemas «incluso en áreas donde la población disminuye, como Italia, Portugal o España», señala el informe. En estos tres casos europeos, destaca que se ha edificado sobre un incremento hasta el 2015 de un 120% más de población que no se dará. «Apenas hemos crecido, pero las cifras de construcción son espectaculares», apunta el director en España del observatorio medioambiental World Watch, José Santamarta. La multiplicación de una unidad en dos genera, igualmente, más envases desechados, más basura. Otras casuísticas: las viviendas construidas son más pequeñas, por lo que se aprovechan peor los recursos de la naturaleza. Las consecuencias son, de este modo, patentes principalmente a corto plazo. Basura por olvido Hasta los enfrentamientos por la ruptura son también un ataque al entorno natural. «Los recién separados tiran a la basura toda aquella propiedad compartida para desacerse de los malos recuerdos», enfatiza el profesor chino. «No es exagerado llegar a esa conclusión pero tampoco habría que prohibir el divorcio por motivos medioambientales», ironiza el responsable del World Watch.