| Reportaje | Sol y playas contra la depresión |
Del abismo, a la gloria canaria
Aunque pudiera parecer lo contrario, no deja de resultar un triste consuelo. Pero como recapacita Elder un tanto filosóficamente: «La vida no te regala nada a diario, así que esto habrá que aprovecharlo». Después de cincuenta horas sepultado es un zulo de carbón, Elder Francisco Magro, confiesa encontrarse «muy abatido» y con «muchos dolores». Pero lo mejor tal vez sea intentar buscar de nuevo la salud a 4.000 kilómetros de su casa en el pueblecito de Almázcara (Congosto), bañado bajo el sol de Gran Canaria, rebozado en la dorada arena de sus playas, y mecido por la brisa del Atlántico. El Ayuntamiento de Maspalomas, uno de los principales municipios turísticos de todo el archipiélago, puede contribuir a la recuperación de Elder, y también de su compañero de odisea minera, Óscar Fernández. El personal de la Concejalía de Turismo de Maspalomas se puso ayer miércoles en contacto con los dos mineros atrapados la semana pasada por un derrabe de mineral en el pozo Albares para ofrecerles una semana de estancia completamente gratuita, a ellos y a sus familiares más directos, en uno de los hoteles más estupendos de la zona. Si Elder y Óscar acaban aceptando la amable invitación que les ha cursado el propio alcalde de Maspalomas, Marco Aurelio Sánchez, podrán solazarse e intentar resarcirse de lo que no jamás dejará de ser una amarga tragedia en sus vidas, en las instalaciones del flamante Hotel Gloria Palace. Se trata de un establecimiento de cuatro estrellas, a medio camino de las playas de San Agustín y del Inglés -en el Sur de la isla-, y al que no le falta un detalle en lo que al ocio se refiere. Dispone de cinco piscinas de agua marina y un centro de salud especializado en tratamientos y técnicas de talasoterapia; gimnasio, sauna, masaje, jacuzzi, acupunturistas, esteticistas y expertos fisioterapeutas. Realmente, como su nombre bien indica, la gloria. Aunque para quienes han visto la muerte tan de cerca como para no poder olvidar en mucho tiempo el acongojante frío de su estela, la maravillosa invitación no de deja de presentar ciertos inconvenientes casi surrealistas para el común de los ciudadanos. «Claro que la vamos a aceptar», comenta Elder con el tono de voz más agradecido que es capaz de modular. «Pero a ver si puede ser algo más adelante, porque yo ahora mismo estoy hecho polvo». «Me duele el pecho, la espalda y por las noches no paro de orinar. El médico me dice que es todo un poco fruto de la tensión. Pero es que mi mujer está incluso peor. Ella ha sufrido mucho», agrega el barrenista. «A ver si lo arreglamos todo y nos vamos a Maspalomas, más que nada por los hijos». Elder tiene tres -dos chavales de 12 y 21 años, y una chica de 14- de los que no piensa apartarse. Óscar está soltero, pero también podrá volar a Maspalomas, si así lo desea, acompañado por sus parientes. En el municipio gran canario les esperan a todos con los brazos abiertos para hacerles pasar unos días inolvidables y alejar de sus mentes la angustia del negro encierro y de la espera.