Curiosamente, la estatua de La Libertad mantuvo su iluminación mientras el miedo se apoderaba de los ciudadanos.
foto: 3 de 9 autor: Frank Franklin El apagón tuvo lugar también en Canadá y aunque aún se desconocen las causas las acusaciones entre los afectados son mutuas.
El tráfico se convierte en un caos y las autoridades competentes no consiguen solucionarlo.
Miles de neoyorquinos corren por las calles de la ciudad presos del pánico.
Medio día sin suministro eléctrico tiene un precio. Los primeros balances apuntan a unas pérdidas de 1000 millones de dólares.
Las velas fueron el único recurso con el que contaron los neoyorquinos durante la mitad de un día que parecía no acabar.
Los ciudadanos decidieron esperar en la calle a que se restableciera el fluído eléctrico.
Bajo las luces de emergencia y jugando a las cartas. Así sobrellevaron algunos un apagón que en principió señaló a un atentado terrorista.