| Reportaje | Aniversario de Hiroshima |
El avión que arrojó la bomba de Hiroshima vuelve a Washington
El mítico avión Enola Gay, desde el que se arrojó la bomba atómica contra la ciudad de Hiroshima al final de la II Guerra Mundial, quedó expuesto a partir de ayer en el Museo Smithsonian del Aire y del Espacio en Washington. «Este aeroplano es parte de nuestra historia y de quiénes somos», declaró el comisario de la división de aeronáutica del museo, Dik Daso, al presentar el bombardero B29. El avión quedará expuesto en el nuevo anexo de la institución cerca del aeropuerto de Dulles, a unos 40 kilómetros de Washington, que abrirá las puertas al público el próximo 15 de diciembre. Allí se encuentra también un Concorde, el avión supersónico franco-británico que dejará de estar en servicio a finales de este año. El Enola Gay, así llamado en homenaje a la madre de su comandante, el coronel Paul Tibbets, tiene una envergadura de 43 metros y un peso de 62,5 toneladas, por lo que no era posible exhibirlo en la sede central del museo, el Mall de Washington, en pleno centro de la capital estadounidense. El personal del museo empleó más de 30.000 horas en restaurar el aparato, dotado con motores especiales y puertas de apertura rápida para arrojar las bombas con mayor facilidad. El avión es uno de los quince B29 modificados específicamente para lanzar la bomba atómica. El Enola Gay fue donado al museo en 1949 y se almacenó durante varios años en la base aérea de Andrews (Maryland), antes de desmontarse en 1960. En uno de los lados de la «Superfortaleza» se lee la inscripción «Primera Bomba Atómica, Hiroshima, 6 de agosto de 1945», aunque la exposición no menciona las aproximadamente 140.000 víctimas de la explosión ni incluye fotos de sus consecuencias. Según Daso, eso se debe a que los cálculos del número de víctimas son muy variables y a que el espacio disponible en el hangar no es lo suficientemente grande como para poder instalar una muestra fotográfica. «Nuestro papel es proporcionar el artefacto y restaurarlo lo mejor que podamos, dejar que la gente venga a verlo. La gente puede decidir qué es lo que significa para ellos, yo no tengo que venir a contárselo», explicó el comisario. El Enola Gay, comandado por Tibbets y con una tripulación de once personas a bordo, lanzó la bomba apodada con el nombre de «Little Boy» («Niñito») contra Hiroshima en un episodio que además dejó a decenas de miles de personas heridas o enfermas a consecuencia de la radiación emitida. Con una visibilidad «excelente», según el parte meteorológico emitido por el oficial William Eatherley, quien viajaba en otro B29 de apoyo, el Enola Gay arrojó la bomba a las 8.15 horas de la mañana a una altura de 9.668 metros. Los 20.000 kilotones de «Little Boy», que medía tres metros de longitud y pesaba cuatro toneladas, estallaron a una altitud de 600 metros y asolaron 75 kilómetros cuadrados del centro de Hiroshima por la explosión y el calor. «Dios mío, ¿qué hemos hecho?», sonó entre la tripulación, algunos atribuyen la exclamación al encargado de la ametralladora, Norman Caron, otros al copiloto Charles Lewis, cuando se vio la nube en forma de hongo que se elevaba seis kilómetros sobre el suelo. Tres días más tarde, el bombardero Great Artist repetía la operación sobre Nagasaki. El 9 de agosto, Japón se rendía sin condiciones. La II Guerra Mundial había acabado. Y Eatherley, el autor del parte meteorológico de Hiroshima, pasaría el resto de sus días en un manicomio de Waco en Texas.