El Ministerio de Sanidad español subraya que sus datos no son estimaciones sino registros
Portugal comunica que 1.300 personas murieron debido a las altas temperaturas
Una asociación pide al Gobierno italiano que investigue el número real de fallecimientos
Más de 1.300 personas han muerto en Portugal a causa de la ola de calor que asolado la Península Ibérica. Esta cifra contrata con el centenar de defunciones que, según un balance provisional del Ministerio de Sanidad, ha producido la canícula en España. O el sistema de información sanitaria falla en España o los ciudadanos aguantan impertérritos la solanera. Según los datos proporcionados por las comunidades autónomas a la Administración central, 100 personas han perecido como consecuencia del asfixiante calor durante el verano. En las siete últimas semanas, 46 personas murieron por culpa del golpe de calor y otras 54 perdieron la vida debido a un agravamiento de su patología inducido por las adversas condiciones climáticas. Fuentes del Ministerio de Sanidad aseguraron que la disparidad entre los datos de Francia y Portugal, de un lado, y de España, de otro, obedece a que los dos primeros países han hecho estimaciones. España, por el contrario, ha optado por hacer un recuento basado en los datos de mortalidad registrada, datos que se inscriben en el diagnóstico de «calor excesivo derivado de condiciones climáticas». Sanidad ha encargado al Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III la elaboración de un estudio sobre la incidencia de las temperaturas en la mortalidad estival. Según fuentes del departamento, en el análisis se manejarán datos referidos a las urgencias hospitalarias, ingresos en los centros sanitarios y fallecimientos. Por otra parte, la asociación italiana de consumidores Codacons ha pedido al ministro de Sanidad, Girolamo Sirchia, que se investigue el número real de muertes producidas en el país por la actual ola de calor. Hasta ahora las autoridades italianas no han ofrecido datos oficiales sobre la mortalidad de ancianos por esta causa, aunque han admitido que las altas temperaturas han contribuido en varios centenares de casos a agravar el estado de personas de la tercera edad que ya estaban enfermas. Ello ha tenido especial incidencia en grandes urbes del norte de Italia como Génova, Milán y Turín, donde se ha registrado un número de fallecimientos superior hasta en un 50% a la media de agosto. Por este motivo, Codacons, una de las principales organizaciones de consumidores del país, pidió que se cree un comité de investigación que permita comprobar que «los datos en Italia no son muy diferentes de los de Francia», donde el calor se ha cobrado la vida de miles de personas.