Al menos 21 muertos en Brasil a causa de la explosión de un cohete

Al menos 21 técnicos de la aeronáutica brasileña murieron a causa de la explosión, en plena plataforma de lanzamiento, de un cohete preparado para poner en órbita dos satélites desde la Base de Alcántara, dijeron ayer fuentes militares. Portavoces de la Secretaría de Seguridad del Estado de Maranhao, (norte de Brasil) donde está situada la base, indicaron que sus funcionarios hicieron un recorrido en helicóptero por la zona del desastre, vedada a la prensa, y contaron 21 cuerpos en los alrededores de la plataforma. Esa cifra también era manejada por la agencia de noticias Globo, que además aseguró que, de acuerdo a fuentes militares, dos personas que trabajaban en los alrededores de la plataforma en el momento de la explosión fueron encontradas con vida. El accidente ocurrió el viernes y, según el ministro de Defensa, José Viegas, se debió a la ignición, por causas no aclaradas, de uno de los cuatro motores del cohete, de fabricación nacional igual que los dos satélites de comunicaciones que debía poner en órbita el próximo lunes. La última cifra de víctimas admitida por el Ministerio de Defensa era, sin embargo, de 19. No obstante, el propio Viegas admitió que podrían ser más y que los cuerpos de los fallecidos habían quedado completamente destrozados, por lo que sería necesario hacer un «recuento del personal» para identificarles. El accidente constituyó el tercer fracaso de la Agencia Espacial Brasileña en su intento por entrar en el selecto club de países que se han lanzado a la conquista del espacio. Ese grupo está integrado por los siguientes países: China, EE.UU., Francia, India, Israel, Japón, Rusia y Ucrania, que acaparan un mercado que mueve unos 45.000 millones de dólares anuales y son los únicos que tienen la capacidad de llegar al espacio por sus propios medios y sin ayuda. El cohete VLS-1 había sido desarrollado en Brasil y su puesta en marcha supuso un coste de 6,5 millones de dólares. Tenía capacidad para transportar satélites de hasta 300 kilos y colocarlos en órbitas de hasta 1.000 kilómetros de altitud. Después de la tragedia, el gobierno del socialista Luiz Inácio Lula Da Silva ratificó su intención de continuar con el programa espacial, a pesar de los fracasos. «Así como rinde homenaje a las víctimas, el Gobierno reafirma su disposición a mantener el esfuerzo de dotar al país de una tecnología de punta», dijo en rueda de prensa Andre Singer, portavoz de Silva.