El César saludó a su imperio con la mano alzada en su llegada a los juegos celebrados en su honor en el circo romano de astorga.
Sentados en las terrazas de verano, algunos astorganos vivieron el paso del César por las calles de Astorga mientras la guardia vigilaba la integridad del emperador.
El César fue el protagonista de la noche. Todos los astorganos y astorganos se acercaron a presentar sus respetos al jefe del imperio romano.
Las mejeres del imperio portaban antorchas en la llegada del César a Asturica Augusta, que celebró sus fiestas.
El vino, néctar de los dioses, acompañó las celebraciones de la antigua ciudad romana.
La lucha sin cuartel entre los esclavos y los gladiadores dejó sin aliento a más de uno.
Las mujeres demostraron ser grandes luchadoras en la arena del circo romano.
Los participantes del circo romano demostraron su fuerza y maestria en la arena de la plaza de toros de Astorga.
Las pruebas llevadas a cabo por los participantes de los juegos del circo se centran en la habilidad y no sólo en la lucha.
La teatralidad, el fuego, las acrobacias y malabarismos con las armas hicieron del circo romano de astorga todo un espectáculo.
Los más pequeños disfrutaron también de los actos de las fiestas. El circo romano y la llegada del César hicieron a los astorganos volver la vista a un pasado glorioso.
El públicó vibró y disfrutó ante un espectáculo de luchas, esclavos e historia que reunió a centenares de personas en las gradas de la plaza de toros.
El César tomó asiento para disfrutar del circo romano, un evento que contó con gran aceptación popular.
El circo romano contó con la asistencia de numeroso público que lució los trajes de la época imperial.
La muerte es muchas veces el resultado de los juegos desarrollados en el circo romano.