Embajadores de Suráfrica

Todo empezó con un premio a al trabajo realizado. La entidad bancaria Caja España obsequió a varios de sus empleados, tras una éxitosa actividad comercial, con un viaje a Suráfrica en el que llevaron ropa y mochilas a los niños del centro escolar de Hertbeesfontein, del Ayuntamiento de Rustenburg. A su regreso, los empleados, que habían quedado prendados de la alegría y cultura del país, junto con la directiva de Caja España se plantearon la posibilidad de ofrecer a cien niños de esa comunidad escolar el viajar a España para conocer nuestra cultura durante dos semanas. Por ello, el pasado mes de febrero tuvo lugar el hermanamiento de Caja España con este centro escolar de Suráfrica, que se llevó a cabo en las propias instalaciones escolares de la localidad de Rustenburg. La obra social comenzó el pasado 18 de agosto con la llegada de los 100 niños acompañados de sus monitores, alojados en la ciudad de Brezo, al norte de la capital palentina. Durante estos días, todos ellos realizaron excursiones a distintos lugares como la playa de Santander, donde disfrutaron de un trayecto en barco, Santillana del Mar, recorrieron la ruta de los pantanos del norte de Palencia y León. La Catedral, el Museo de San Isidoro y el Palacio de Botines fueron los lugares visitados por el grupo surafricano. Y a las 13.00 horas, el director general de Caja España, Evaristo del Canto, junto con el Embajador de Suráfrica en España, Gert Grobler, recibieron a la expedición surafricana en el edificio El Portillo de la entidad bancaria. La bienvenida estuvo llena de agracedimientos y felicitaciones por ambos cargos. Evaristo del Canto les elogió por su actitud: «os felicito por vuestra buena capacidad de organización y la disciplina en vuestro buen comportamiento». Por otro lado, el Embajador de Suráfrica agradeció a Caja España este gesto de amistad: «gracias por convertir en realidad esta experiencia que están viviendo los niños». También dirigió unas fraternales palabras a sus chicos: «debeís aprovechar esta opurtunidad para ampliar vuestros horizontes y aprender de otras culturas», e hizo mención a su país «debeís estar orgullos de vuetro país, con una democarcia en toda regla». Los niños también tuvieron su momento para dar las gracias, a su manera, con danzas tradicionales de Rustenburg y el «Gumboots» con botas de lluvia. La recepción fue seguida de un almuerzo en una hamburguesería de la ciudad tras la cual, visitaron las Cuevas de Valporquero.