Diario de León

LAS COSAS COMO SON

¿Un mundo más seguro?

Publicado por
ANTONIO PAPELL
León

Creado:

Actualizado:

LA ADMINISTRACIÓN Bush, con su amalgama de neocons , neoconservadores, al frente, planteó la guerra de Irak como un episodio decisivo de la lucha antiterrorista que este país, junto a sus aliados más fieles, decidió desencadenar a escala planetaria tras los atentados contra la Torres Gemelas. Y sin embargo, el mundo no sólo no ha avanzado en materia de seguridad sino que se abisma en un pozo de violencia y confusión. La descripción con la que Le Monde abría ayer su edición es bien reveladora: «Situación caótica en Irak, donde el fin de semana ha registrado nuevos episodios de violencia; inseguridad general en Afganistán, donde la guerrilla talibán está cada vez más activa; la Hoja de Ruta amenazada en el Próximo Oriente, donde se acelera el engranaje entre el terrorismo palestino y las represalias israelíes; finalmente, persistencia en Asia de la violencia atribuida a grupos islamistas: los Estados Unidos se interrogan sobre los reiterados fracasos que cosechan en la lucha contra el terrorismo. En Bagdad, el administrador americano, Paul Bremen, reconoce que varios centenares de terroristas internacionales se han infiltrado en Irak. En Kabul, el poder central no gobierna más que los alrededores de la ciudad. Así, en los dos países musulmanes que ocupan, en el marco de su guerra mundial contra el terrorismo , los Estados Unidos están a la defensiva. Numerosas voces reclaman el envío de tropas suplementarias. La opinión americana comienza a interrogarse sobre las opciones de George W. Bush». En los últimos días se han producido, en efecto, varios sobrecogedores atentados imputables al terrorismo islamista, con docenas de muertos en todos ellos: en Bagdad, contra la sede de la ONU; en Jerusalén, obra de los radicales palestinos; en Bombay, a cargo de un conocido grupo islámico que ya desencadenó una oleada de violencia religiosa en 1992. La erradicación de todas las formas de terrorismo es, con todo, una misión insoslayable que la comunidad internacional debe acometer con la energía necesaria porque le va en ello su propia supervivencia y de la de cualquier idea de civilización. Sin embargo, el problema es muy complejo y no puede simplificarse. En concreto, parece claro que, para combatir este fenómeno, tan importante es atacar sus efectos como conocer sus orígenes. Y a tal fin, la ONU, a instancias del primer ministro noruego, Kjell Magne Bondevik, y del escritor y Premio Nobel Elie Weisel, celebrará el 22 de septiembre en Nueva York, en vísperas de la Asamblea General de la ONU, un encuentro titulado Combatir el terrorismo: una conferencia sobre los orígenes del mal . Entre la veintena de jefes de Estado o de Gobierno que acudirán a la cita están Aznar, Chirac, el afgano Karzai y el paquistaní Moucharraf. Y para iluminar a estos políticos, los organizadores de la Conferencia han celebrado en Oslo un panel de treinta expertos universitarios en materia de terrorismo, que han obtenido algunas jugosas conclusiones de índole sociológica y política en un sustantivo informe que acaba de conocerse. Dichos expertos han confirmado que no existen lazos entre pobreza y terrorismo, pero sí entre violencia y «disparidades en la distribución de la riqueza». Los países islámicos, que han generado grandes desequilibrios internos por causa de la explotación del petróleo, serían el caldo de cultivo idóneo para el terrorismo fundamentalista. Un terrorismo que, al contrario de lo que se cree frecuentemente, tiene escasa relación con el factor religioso y que se potencia cuando encuentra Estados sponsor, que suelen ser varios al mismo tiempo para evitar de este modo someterse a tutela. Pero la conclusión probablemente más importante obtenida por el panel se refiere a «los efectos perversos de las políticas únicamente represivas» contra el terrorismo. El informe pone en guardia contra dicha represión desaforada, que alimentaría los ciclos de la venganza.

tracking