A LA ÚLTIMA
Una píldora contra el desamor
UN NEUROCIRUJANO del hospital santanderino de Valdecilla afirma que a la vuelta de unos años estaremos en condiciones de controlar y suprimir a voluntad algunas de nuestras emociones, incluso las que parecen más recónditas. Según el doctor Izquierdo Rojo, un simple comprimido o una inyección bastarán, dentro de pocos años, para poner punto final a un desengaño amoroso, a la aflicción que éstos causan, con la misma facilidad con que hoy se elimina un dolor de cabeza. El amor tiene razones que la razón no entiende. Es posible, como dice el neurocirujano, que la atracción amorosa sea el resultado de una secreción de hormonas capaces no sólo de remover los sentimientos, sino de condicionar también la voluntad de las personas. Eso es, más o menos la química del amor: se activan procesos cerebrales, se segregan sustancias o se producen descargas eléctricas. Si hay química, surge el amor -correspondido o no- y si no la hay, ya puedes hacer lo que quieras, que no funciona. Eso tiene sentido, aunque nada romántico, pero ignoro si tiene algún fundamento científico. Pero de prosperar la teoría del doctor Rojo Izquierdo, se habrá cargado la poesía amorosa y buena parte de la novela. Algunas de las mejores obras poéticas de la historia son consecuencia de un desengaño amoroso, de una pasión no correspondida, de un amor imposible. Si, en el futuro, con una píldora o una inyección acabamos con el problema, acabaremos también con la poesía y la novela, con el misterio del amor. El dolor -del cuerpo o del alma- ha sido siempre fuente de creación y las pasiones son la esencia del hombre. No deberíamos tener prisa en inventar remedios funestos. Si hay que descubrir nuevos medicamentos, mejor alguno que sirva para acabar con los celos que matan; o con los pirómanos que nos han dejado media España calcinada; o con los esperpentos políticos. Me temo que ni esta píldora ni la del desamor son tan fáciles o tan próximas. Dicen que poder, dinero y sexo -me gustaría más decir amor- son las tres ambiciones que mueven al hombre y a la mujer desde el inicio de los tiempos. Amor, pasión, odio. La historia de la humanidad. No es fácil que una simple inyección cambie el rumbo.