Francia confirma 11.435 fallecimientos por las altas temperaturas del verano

El Gobierno francés confirmó ayer la muerte de un total de 11.435 personas, en su mayor parte ancianos, entre el 1 y el 15 de agosto, por la ola de calor de este verano, en una estimación provisional emitida hoy por el Ministerio de Sanidad de Francia. Estas cifras provisionales fueron ofrecidas por la mañana al término de una reunión entre el ministro de Sanidad, Jean-François Mattei y el director general del Instituto Nacional de Alerta Sanitaria (InVS), Gilles Brücker. «El profesor Gilles Brücker me entregó la primera estimación de los fallecimientos registrados entre el 1 y el 15 de agosto de 2003. La cifra asciende a 11.435 fallecimientos», indicó un comunicado del ministro. Hasta la fecha, tanto el Ministerio de Interior como la Cruz Roja francesa declaraban que había menos de 10.000 muertos. «El drama humano vinculado a la ola de calor alcanzó al sector más frágil de nuestra sociedad. Esto nos afecta a cada uno de nosotros y a toda la nación. Expreso a las familias y a sus allegados mi más profunda solidaridad», agregó el ministro. «Todavía va a aumentar» También el presidente de la Asociación de Médicos de Urgencias de los Hospitales de Francia (Amuhf), Patrick Pelloux, afirmó ayer que el número de fallecimientos «todavía va a aumentar», refiriéndose a la estimación oficial de 11.435 decesos. Pelloux fue el primero que dio la alarma por la gravedad de la tragedia al anunciar, el pasado 10 de agosto, 50 fallecimientos debidos al calor en los alrededores de la capital. «La cifra aumentará», subrayó Pelloux, quien destacó que siguen produciéndose víctimas a causa del calor, mientras que el Gobierno se ha limitado en sus estimaciones al período comprendido entre el 1 el 15 de agosto. Para Pelloux, las «cifras deben hacernos pensar en la importancia de la creación de una comisión de investigación parlamentaria», subrayó. Polémicas soluciones Entre las soluciones destinadas a encontrar fondos para la ayuda a los ancianos, a menudo aislados, el Gobierno ha propuesto la idea de suprimir uno de los 11 días festivos que existen en Francia. Esta medida, aprobada por la patronal, ha suscitado numerosas críticas entre los sindicatos y los partidos de izquierda, que lo consideran una anulación de la reforma de las 35 horas semanales, ya mermada por la reforma de las pensiones que amplia el periodo de los años de cotización. La idea de suprimir el 8 de mayo, que conmemora la victoria en 1945 contra la Alemania nazi y que el ex presidente Valéry Giscard d'Estaing trató ya en vano de eliminar en los años 70, se ha visto descartada, no sólo por los ex combatientes, sino por la mayor parte de la opinión pública.