Tensión y dolor en el entierro de la niña fallecida al ser arrollada por una atracción de feria en Murcia
Un intenso dolor envolvió ayer la localidad murciana de Pliego durante las honras fúnebres por la pequeña María Dolores Martínez. La niña, que falleció el pasado domingo al ser atrapada por un vagón de la atracción en que disfrutaba durante las fiestas patronales, recibió sepultura acompañada de cientos de vecinos que quisieron acompañar a sus padres en tan difícil trance. Tan sólo algunos roces con parte de la prensa desplazada hasta el lugar desviaron la atención de los presentes en una jornada marcada por las lágrimas y la consternación. Bastantes minutos antes de las 11.00 horas, cuando estaba previsto el funeral en la iglesia parroquial de Pliego, cientos de vecinos se agolpaban ya en silencio a las puertas del templo a la espera de la llegada de la familia de la pequeña. Minutos después, cerca de 1.500 personas contenían la respiración a la llegada del féretro de la que había sido «Reina infantil» de las fiestas de Pliego. Entre los presentes, la alcaldesa, Isabel Toledo, amiga personal de la familia Martínez y visiblemente afectada. Rodeado por numerosos niños que portaban ramos y coronas de flores, el pequeño féretro de color dorado fue introducido en la iglesia por familiares y amigos de la niña. Fue entonces cuando se vivieron los momentos más desagradables del sepelio. Algunos allegados de la fallecida increparon a parte de los periodistas desplazados a Pliego para cubrir las honras fúnebres de María Dolores Martínez y los gritos e insultos se mezclaron con los sollozos y muestras de dolor. Incluso uno de los familiares de la niña tuvo que ser atendido por los efectivos de una ambulancia al sufrir un desvanecimiento. Escenas similares se reprodujeron después en el cementerio de la localidad murciana que se quedó pequeño para albergar a todos quienes quisieron dar su último adiós a la niña.