Bollos para los fieles

El santuario de Camposagrado acoge desde el pasado sábado la celebración del triduo mariano dentro de las fiestas de Nuestra Señora del mes de setiembre, que culminaron ayer con la celebración eucarística y la procesión con la imagen a hombros de la Virgen de Camposagrado. Los pueblos de los ayuntamientos de Carrocera y de la montaña de Luna, Rioseco de Tapia y la ribera del Orbigo, así como de Cuadros y los diversos pueblos de la ribera del Bernesga y de León se dan cita cada 8 de septiembre de forma multitudinaria en la romería de una de las ermitas con más devoción de la provincia. La jornada comenzó a las doce y media del mediodía, con el rezo del rosario, al que siguió la procesión con la imagen de la Virgen de Camposagrado por las inmediaciones de la campilla que bordea el santuario, donde un año más quedó patente el fervor y la devoción que existe a dicha Virgen. La misa solemne estuvo presidida por el obispo de León, Julian López, acompañado de otros díez sacerdotes más. Una vez finalizado el acto litúrgico, tuvo lugar, como en las ediciones anteriores del día de Nuestra Señora de Camposagrado, la bendición y el reparto del bollo de la caridad, para las decenas de devotos y fieles que ayer se desplazaron hasta el santuario, para mostrar los signos de fe a la Virgen. La sombra de los chopos, abedules o en el pinar de Camposagrado sirven de cobijo cada ocho de septiembre a los devotos que desde distintos lugares de la provincia, e incluso de Asturias se desplazan hasta el lugar de romería, aunque ayer la fina lluvia que comenzó a caer al mediodía, hizo que lo impidiera. Tan sólo se encontraban en el exterior del templo unos puestos de frutos secos y juguetes y de artesanía de maderas.