Tradiciones... y curiosidades
Tradiciones... y curiosidades. El morro en cuña y la zaga truncada han acabado por convertirse en toda una tradición estilística (siempre puesta al día) en el devenir automovilístico... también algunas señalizaciones (se diría míticas) que también han acabado por hacer historia: la Plaque Michelin . Todavía hoy, más de setenta años después, el viajero, convertido en ocasional probador de novedades automovilísticas, puede toparse con alguna de estas placas (en mejor o peor estado de conservación) repartidas por carreteras francesas de segundo orden (que un día lo fueron de primero... y hasta de único). Desde los primeros años de su actividad cartográfica, allá por la década de los veinte, Michelin llevaba también a cabo una intensa y fructífera labor de investigación de materiales y ensayos de presentación en el campo de la señalización vial, inclinándose finalmente por la adopción de la lava Volvic, esmaltada y unida por hormigón. Nacía así toda una colección de placas, postes, flechas, paneles y balizas que se extendían por las carreteras francesas compartiendo espacio con el también célebre «hito cúbico» (1931). Una actividad, esta de la señalización, que Bibendum mantendría activa hasta 1970. Todavía hoy, si el ojo avizor del viajero está lo suficientemente atento, puede encontrar algunas de estas placas. ¡Voilà!.