| Análisis | La ciudad sin mi coche |
Menos coches, menos humos
El proyecto europeo La ciudad sin mi coche surgió como respuesta a la preocupación de los ciudadanos de Europa por la contaminación del aire, los problemas del ruido y las dificultades de movilidad urbana. Esta campaña se concreta en actuaciones específicas que desarrollan los Ayuntamientos participantes el 22 de septiembre de cada año. Se pretende que esa jornada sea en toda Europa un día sin coches, un paso más en la concienciación de la opinión pública respecto de la necesidad de una nueva movilidad urbana que evite los perjuicios ambientales de un uso irracional de los automóviles en las ciudades. Desde su inicio en Francia en 1998, esta iniciativa de la Comisión Europea se ha convertido en una importante cita paneuropea, con cada vez mayor participación, tanto de ciudades como de ciudadanos, para conseguir núcleos urbanos más habitables y menos ruidosos, donde se proteja el medio ambiente y se consuman de forma más racional los recursos energéticos. En años anteriores, esta iniciativa ha movilizado más de 100 millones de personas, en más de 1.000 ciudades de 28 países de Europa. Excelentes resultados Los principales objetivos de la jornada son la concienciación social, promoviendo el debate sobre la problemática de la movilidad urbana (congestión, contaminación, seguridad), y ofrecer a los ciudadanos poder disfrutar de su ciudad y su patrimonio en un entorno más agradable. Además, se quiere dar una oportunidad a las autoridades locales para probar e implantar soluciones novedosas al problema de la movilidad en las ciudades (planes de tráfico urbano, vehículos ecológicos, zonas peatonales, carriles para que circulen las bicicletas) Para la celebración de este año, la Consejería de Medio Ambiente destina 65.000 euros que se materializan a través de una línea de subvenciones a los ayuntamientos de más de 10.000 habitantes. Hasta el momento, han sido trece las ciudades que han solicitado la ayuda, superando el número de peticiones presentadas el año pasado. En los últimos años, más de la mitad de los castellanos y leoneses fueron convocados a participar en el programa, con una aceptación muy positiva (cerca del noventa por ciento) por parte de comerciantes, residentes en zonas peatonales o usuarios de bicicletas. Además, el día de la celebración se redujo el tráfico urbano en un 12 por ciento, aumentó el 21 por ciento la utilización del transporte público y se constataron reducciones en los niveles de ruido y mejoras en la calidad del aire ambiente.