Como dos gotas de agua

Son como dos gotas de agua. El arco viajero , de la artista holandesa Corinne van Bergen, situado en la plaza Torres de Omaña y por el que el Ayuntamiento pagó 82.000 euros, es casi una réplica de otra, de mayor tamaño, que preside desde hace años una rotonda en la avenida marítima de Las Palmas de Gran Canaria. Se trata de La Portada , la escultura más representavia de Máximo Riol (Murcia, 1948), uno de los más prolíficos y emblemáticos artistas de Canarias. Riol, aparejador y profesor de dibujo, vive desde 1961 en Las Palmas y es autor de numerosas esculturas integradas en el tejido urbano de esta ciudad, aunque su obra se encuentra dispersa por la geografía española y por varios países americanos, tanto en hormigón como en acero. Pero, sin duda, La Portada , colocada en la entrada de los túneles Julio Luengo, es un elemento de referencia para quienes transitan por la arteria principal de la capital canaria. Ambos arcos están realizados en acero, aunque el de Canarias triplica en altura al de León. El 25 de abril del año pasado, cuando se instaló El arco viajero, su autora afirmó que era una «estructura abierta a todos los vientos y a todas las ideas». En ningún momento la artista reconoció haberse «inspirado» en otro; sólo que lo había pensado «para este lugar». Inicialmente, Van Bergen planteó un proyecto efímero, con materiales baratos, pero la obra cautivó al entonces concejal de Urbanismo, Cecilio Vallejo, y ambos acordaron realizarla con vocación de permanencia. Ejecutada en los talleres de Forma Arte, en Villaobispo de las Regueras, bajo la dirección de Andrés Fidalgo, el arco está formado por veinte piezas en acero corten. Para montar en la plaza Torres de Omaña la gigantesca pieza de arte de 1.400 kilos de peso fue necesario contratar una grúa de gran potencia. La obra, ubicada en pleno Camino de Santiago -al igual que el conjunto escultórico que proyecta Eduardo Arroyo para Puerta Castillo- no suscitó, en cambio, ninguna polémica, a pesar de que el arco diseñado por Van Bergen ha dejado la plaza irremediablemente dividida en dos mitades.