El crecimiento económico entre 1995 y 2000 no fue seguido por las instituciones educativas
España gasta en educaciónmenos que la media general de la OCDE
Los gastos por alumno en el 2000 rondaban los 5.000 dólares, lejos de la cabeza del pelotón
España dedicó un 4,9% de su Producto Interior Bruto (PIB) a la educación en 2000, una proporción inferior al 5,9% de media de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y que ha disminuido en los últimos cinco años. Según el informe anual de la OCDE sobre la educación presentado ayer, el gasto español en esta partida había representado un 5,5% del PIB en 1995. En el «club de los países desarrollados» en su conjunto, el porcentaje del PIB invertido en educación también registró un alza inferior al de la economía, pero la diferencia entre ambos fue menor. No obstante, durante ese quinquenio España fue uno de los países, con Australia, Grecia, Irlanda y Portugal, en los que el gasto en la educación preuniversitaria progresó más del 25%. La subida fue todavía mayor en términos de gasto por alumno (31%), en parte por la disminución del número de alumnos, sólo superada por Grecia (69%) y Portugal (35%). En el caso de la enseñanza universitaria, el alza del gasto por alumno fue el segundo más elevado en términos porcentuales (39%), ya que sólo se situó por delante Irlanda (54%). En el conjunto del sistema educativo, los gastos por alumno en 2000 en España rondaban los 5.000 dólares, por debajo de los 6.361 de media de la OCDE y lejos de la cabeza del pelotón: Estados Unidos con algo más de 10.000 dólares, Suiza con algo más de 9.000 o Austria, Noruega y Dinamarca con algo más que 8.000 dólares. Uno de los autores del informe, Jean-Luc Heller, explicó que la disminución en términos de PIB del gasto consagrado en España a la educación se explica en buena medida por el fuerte crecimiento económico que tuvo el país entre 1995 y 2000, que no fue seguido al mismo ritmo por las instituciones educativas. La financiación pública era muy mayoritaria (el 4,3% del PIB, frente al 0,6% de fuentes privadas), como ocurre en el conjunto de los países europeos. En el conjunto de los países de la OCDE, el gasto público en educación representaba el 4,6% del PIB, mientras las partidas privadas representaban el 1,3% restante. La OCDE destacó ciertos logros educativos en España en las últimas décadas, ilustrados por ejemplo en el porcentaje de la población que tenía al menos un nivel de secundaria, que en 2001 era de casi el 60% para el grupo de 25 a 34 años, frente a menos del 30% para los de 45 a 54 años.