«Puede haber una nueva terapia para el cáncer en cinco o diez años»
Forma parte del prestigioso quinteto de médicos españoles en Nueva York con Cordón, Fuster, Rojas Marcos y Mas-deu. Joan Massagué asegura que el cáncer no desaparecerá nunca, porque es vida, pero sí podrá controlarse y prevenirse para que no sea mortal. El director del programa de biología celular del Memorial Sloan Kettering Cancer Center ya ha logrado identificar el paquete de genes que provocan el funcionamiento de la metástasis, «la que de verdad termina con la vida del enfermo de cáncer». -¿Estamos más cerca del antídoto con su hallazgo? -Cuando una persona de mi posición habla de avances lo hace a cinco o diez años vista en principio. Es decir, que puede haber una nueva terapia en ese plazo, aunque siempre hay sorpresas porque ya existe una experiencia y una red de conocimiento previos que quizá permitan descubrir que un medicamento ya existente se puede aplicar. Desgraciadamente, esto no va tan rápido como los modelos de móviles. Requiere mucho esfuerzo, priorizar y estudiarlo en los tipos de cáncer y metástasis más frecuentes y en la población general. -¿Llegará a ser el cáncer una enfermedad crónica? -El 50% ó 60% de los pacientes se curan o se controlan muy bien y la enfermedad se cronifica, y muere de lo que puede morir el que padece del corazón. Pero queda un 40% muy difícil de controlar y la lucha está en ganar terreno a ese porcentaje. Pero no es justo considerar que el cáncer es un tema imposible y que infecciones como la gripe o la neumonía, que causan millones de muertes, están erradicadas. Es un mito que hay que destruir, una mentira. -Ha dicho que España está en condiciones de dar el salto cualitativo en cien-cia. Perdimos el tren del genoma... -Pero podemos reengancharnos al del proteoma. -Pero para la excelencia hace falta inversión... -Por supuesto. Cuando se ha invertido ha habido una subida fuerte en nuestro nivel de contribución a la producción científica mundial. Hace falta una inversión sostenible, con una estrategia a largo plazo, sino se desperdiciará el talento y será como plantar frutales y dejar de cultivarlos tras dos temporadas. -O como tener la generación de investigadores más preparada y dejarlos marchar... -España siempre ha sido una gran proveedora de talento e imaginación, una combinación muy idónea para biomedicina. Pero mucho potencial se ha perdido porque en las últimas décadas sólo se han hecho inversiones puntuales en investigación, sin continuidad. Por otra parte, la sociedad también es la que tiene que pedir dinero para la ciencia y el Gobierno responder a su demanda. Si al ciudadano se le informa y ve los frutos de la ciencia, que también los tiene económicos, pedirá más inversión para este campo al Gobierno. -Por eso ya hay quien dice que es más importante usted para el futuro de España que Figo. -Bueno, Figo es muy importante para nuestra salud mental, para aliviar las tensiones de la semana no tiene precio, pero lo que sí es cierto es que la ciencia tiene más dificultades para atraer la atención del ciudadano medio que el fútbol. Ahí es donde el Gobierno debe ser responsable, o pagarlo en las urnas. -¿Se plantea regresar de EE. UU.? -Es que creo que nunca me he ido del todo. Me fui para investigar porque a principios de los ochenta ir más allá del doctorado en España era entrar en un camino de frustraciones. Y luego quería volver, pero no para investigar, sino para ser farmacéutico. Pero se prolongó mi trabajo allí y, al final, la farmacia se la quedó mi hermana. -¿Cuál será el principal campo de investigación del siglo XXI? -Es el sector más audaz y conflictivo, y me resulta difícil posicionarme. A nivel tecnológico, tiene todavía más de ficción que de ciencia.