La población española tiene la tasa de fecundidad más baja del mundo
El envejecimiento podría elevar los malos tratos en ancianos
Este fenómeno aumentará el número de familias que no puedan cuidar a sus ancianos
Los mayores de 65 años en España se han multiplicado por siete
El aumento de la población anciana en el mundo puede propiciar el incremento del fenómeno del maltrato a personas mayores. Un tipo de violencia «difusa», derivada de la masiva presencia de ancianos en los geriátricos y de la paulatina pérdida del lazo familiar en el cuidado de las personas mayores. Con esta perspectiva nada halagüeña, los especialistas en violencia a mayores reunidos ayer en Valencia coincidieron en asegurar que ahora más que nunca es el momento de actuar sobre este problema para evitar que aumente el riesgo de maltrato y desatención de la tercera edad. «Nos enfrentamos a un progresivo envejecimiento de la población mundial y más de la española, que tiene la tasa de fecundidad más baja del mundo. Mientras que la población de mayores de 65 años en España se ha multiplicado por siete en menos de un siglo, la de octogenarios lo ha hecho por trece: hoy los mayores de 80 años representan el 4% y se espera que en 2050 sean el 10%», afirmó la doctora argentina en geriatría Lia Daichman, que cree que en un plazo corto los españoles se verán ante el dilema de cómo y quién cuidará a sus mayores. Daichman considera que este paulatino envejecimiento incrementará el maltrato a los mayores, ya que se asiste a la aparición del cuidado de ancianos a cargo de terceras personas que no están preparadas para este trabajo «tan artesanal». La única posibilidad de que un miembro de la familia continúe cuidando al mayor es que «los gobiernos protejan a este cuidador como si de un trabajador se tratara», recomienda la doctora argentina, que recuerda que en España el 80% de las cuidadores son familiares, mientras que el resto de los cuidados a ancianos se realizan en geriátricos y, en un escaso porcentaje, por parte de los servicios sociales. Además, la última jornada del seminario, organizado por el Centro Reina Sofía en el Palau de la Música de Valencia, sirvió para que los especialistas internacionales reivindicasen una vez más la voz de los ancianos y su derecho al bienestar social.