Diario de León
Publicado por
Carmen Tomás
León

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Lo de las compañías aéreas, y especialmente la entrañable compañía de bandera (nacional) Iberia, ya empieza a ser más que mosqueante. Después de dejarnos sin la prensa diaria y sin el tentempié que tanto nos tranquilizaba durante las inevitables turbulencias de un vuelo cualquiera, ahora anuncian reestructuraciones en el interior de los aviones que, digan lo que digan, amenazan con convertirnos en sardinas en lata (o peor, en sardinillas, que caben más). La tesis es: si quiere lujos, tendrá que pagarlos. ¡Como si no los pagáramos ya de sobra en el precio del billete! Y además... ¿lujos? ¿qué lujos? ¿La comida de cartón-piedra que servían en la clase turista? ¿La tortura de viajar varias horas sin tan siquiera poder cruzar o estirar las piernas? O sea, ¿serán más baratos los billetes sin derecho a periódico y a tentempié, o con menor espacio vital? En las compañías pequeñas tienes todos estos inconvenientes, pero sabes que pagas menos. Seguro que a Iberia se le han ocurrido otras ideas en la misma línea, pero por si no es así, aquí van algunas. En vuelos locales podrían expender billetes 'de pie'. En el pasillo del avión, ahora que ya no va a pasar el agobiante carrito del tentempié, pueden instalarse barras con anillas para 40 ó 50 viajeros más. En los compartimentos para el equipaje de mano caben perfectamente otras 40 ó 50 personas más, y como viajarían tumbadas se les podría cobrar a precio de litera. A la entrada podríamos recibir un ticket para usar el baño dos veces, la tercera y sucesivas correrían por nuestra cuenta. ¿Qué podría ser lo siguiente? ¿Unos agujeros a la altura de las ventanillas para que los viajeros saquemos los brazos y ayudemos con grácil y cadencial aleteo a mantener en el aire el aparato? ¿Y por qué no unas urnas a la salida para aportar «la voluntad» si el vuelo ha sido de nuestro agrado? Con tantas estrecheces ya me imagino algunos carteles de aviso a los viajeros para después de la reestructuración: «Atención: techo bajo, entre a gatas», o «Atención: tramo de paso en cuclillas», o «Por favor, mantenga la vista al frente para evitar fracturas nasales», o «Prohibido despegar los codos del cuerpo durante el vuelo». Por cierto, ¿podremos llevar nuestra bebida y comida? Será gracioso recordar la tercera del tren de nuestros padres.

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