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| Visto y oído |

El hombre de los tres siglos

El alcalde de León, Francisco Fernández, abraza efusivamente al anciano

Publicado por
Lola de León - leon@diariodeleon.com
León

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Todos los homenajes tienen su historia, y quizá todas las historias merezcan su homenaje, pero por especialmente larga destaca la de Miguel Suárez Oreja, vetusto habitante de la residencia de ancianos del barrio de San Mamés y que ayer festejó el 104 aniversario de su nacimiento. A este ilustre acontecimiento no quisieron faltar el alcalde de la capital leonesa, Francisco Fernández, y la concejala de Bienestar Social, Covadonga Soto. Miguel Suárez, quien ha permanecido soltero durante toda su extensa vida, no pudo evitar emocionarse durante el acto programado en su honor y también tuvo tiempo para bailar con la concejala y regar la palmera que plantó en el centro en el que reside cuando cumplió cien años. El homenajeado, a quien acompañaron algunos miembros de su familia, dejó patente su optimismo vital al asegurar que "le encantaría llegar hasta el año 2012". Aseguró además que su receta para alcanzar semejante longevidad es "quitar de la cabeza las cosas malas". El popularmente conocido «abuelo» de la residencia derrochó desparpajo y simpatía con todos los asistentes a la celebración, amenizada con bailes y música que corrieron a cargo del grupo de danza Arpegio, que realizaron un emotivo recorrido musical interpretando la piezas más conocidas y características de las épocas que el homenajeado ha vivido, desde el año 1899 hasta la actualidad. Los que le conocen por cohabitar junto a él la residencia Virgen del Camino afirman con cariño que no sólo es conocido por su simpatía, que no parece haberse deteriorado con los años, más bien al contrario, sino que es un de los participativos residente y nunca ha puesto pegas a colaborar en las actividades de la residencia, recordando los presentes que «a todo lo que hace le añade entusiasmo». Hasta el último de los presentes anotaron el secreto que guarda sin avaricia Miguel Suárez Oreja, y que le ha permitido alargar su longeva vida ni más ni menos que durante tres siglos: «desechar todo lo negativo de la vida de uno mismo y quedarse sólo con lo positivo». «Esperemos que cuando llegues a los 112 años recuerdas la mañana del 104 como un momento feliz y radiante», le desearon sus amigos. Miguel no fue el único que se emocionó durante la celebración, pues todos sus amigos declaraban sentirse privilegiados por haber conocido una persona como el, de haber tenido ocasión de homenajearle, especialmente en una mañana tan soleada. «Ojalá todos los que estamos aquí lleguemos algún día a tu edad, pero como tú, si no, no merecerá la pena», deseaban.