Un juez niega el derecho a utilizar embriones sin lavoluntad del padre

La Justicia de Reino Unido rechazó ayer la reivindicación de dos mujeres británicas, Lorraine Hadley y Natallie Evans, de utilizar embriones congelados para cumplir sus deseos de ser madres en contra de la opinión de sus antiguas parejas. Las dos mujeres argumentaron a lo largo del proceso que los embriones congelados son su única oportunidad de tener hijos de manera natural. Natallie Evans, de 30 años, y su ex compañero, Howard Johnston, decidideron congelar seis embriones antes de que ella pasara por un tratamiento de cáncer de ovario que la dejó estéril. Posteriormente rompieron, y Johnston's reclamó la destrucción de los embriones. La mujer argumenta que si hubiera sabido que él cambiaría de opinión, probablemente habría optado por otro tratamiento para su enfermedad. El juez afirmó comprender la situación de Natallie Evans, que considera que se están violando los Derechos Humanos, pero dejó claro que corresponde al Parlamento, y no a la Justicia, decidir si es necesario cambiar las leyes vigentes sobre el consentimiento paterno en casos como estes. El segundo caso La segunda mujer, Lorraine Hadley, de 37 años, emprendió una acción similar contra su ex marido, Wayne, con quien congeló dos embriones. Lorraine Hadley tiene una hija de 17 años de una relación anterior, pero ahora sufre problemas de fertilidad. La pareja rompió hace años y su ex marido no desea tener otro hijo en esta situación. En ambos casos, el juez sentenció que los embriones deben ser destruidos. No obstante, las mujeres pueden recurrir aún ante la Corte de Apelación o los tribunales europeos, por lo que la ejecución de la sentencia debe esperar a que termine el proceso. Ahora queda abierto el debate sobre la titularidad de los embriones congelados. La posibilidad de que una mujer pueda engendrar a un hijo con la oposición del padre o el derecho de un padre a negar la maternidad a una mujer que desea quedarse embarazada.