Diario de León
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colpisa | madrid

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El innegable avance de las mujeres españolas en los terrenos de la igualdad están aún lejos de la posición que le correspondería por derecho al 51% de la población. Hay territorios, como el mundo empresarial, la política o las altas instancias del mundo universitario, judicial y otros, donde su presencia no llega a un tercio, a pesar de una sobrada cualificación, y sólo en los niveles medios y bajos de las administraciones públicas alcanzan una representación acorde con su peso demográfico. En una monografía sobre Hombres y Mujeres dada a conocer ayer, el Instituto Nacional de Estadística (INE), remacha lo ya sabido. La igualdad femenina aún carga en España con numerosos lastres. El mercado laboral, exponente máximo de la lucha por la equidad, sigue «profundamente sesgado por la variable de género», subraya el Instituto. En todos los aspectos. Son mayoría las mujeres en la categoría de «inactivos parados», y es abrumador el porcentaje de féminas entre los ocupados a tiempo parcial, el 79,8%, mientras que la mayoría de los ocupados a jornada completa son hombres, un 66%. Entre los ocupados, según su condición socioeconómica, es donde mejor se aprecia la desigualdad de género; de las 19 categorías analizadas, sólo en dos son mayoría las mujeres «resto del personal administrativo y comercial», y «resto del personal de servicios». En el ámbito empresarial el desequilibrio es aún más abrumador. Los empresarios son hombres en un 73,57%; las mujeres, el resto, no llegan siquiera a un tercio del total. En conjunto, según el análisis del INE, el balance laboral es dual. Por un lado, se aprecia una «suave pero creciente incorporación de la mujer al mercado del trabajo»; por otro, una parte muy sustancial del colectivo femenino abandona el trabajo profesional cuando pasa a ocuparse de la vida familiar, tras el matrimonio el nacimiento del primer hijo. «El abandono del trabajo suele ser, además, definitivo», matiza el INE. Política El poder y la toma de decisiones también siguen siendo coto masculino en España. En la actual legislatura, la representación femenina es del 28,29%, lejos del 4,57% de los años 82-86, pero aún lejos de las cotas de igualdad necesarias, que tampoco alcanzan a la vida municipal, con una presencia del 21%. En cuanto a los gobiernos autonómicos, las Comunidades socialistas de Andalucía (43%), Extremadura (30%) y Castilla-La Mancha (30%) rebasan la media, aunque otras tres, Madrid (27%), Castilla y León (25%) y Baleares (23%), superan el 20% de presencia de mujeres. El mundo judicial es, por su parte, uno de los de mayor presencia femenina (839,71%) aunque inferior a la realidad demográfica, y más aún en los tramos superiores de la escala profesional de la judicatura, un 34,77%. Y otro tanto ocurre en el mundo académico, con un 34,2% de profesoras universitarias en el curso 99/00. Sólo en las administraciones públicas las mujeres están adecuadamente representadas en relación a su peso demográfico, con un porcentaje de funcionarias del 50% en el 2002. Sin embargo, una vez más, a medida que se asciende en la escala jerárquica la presencia disminuye de forma sustancial, hasta el 34,77%.

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