Agricultura intensiva
El proyecto responde a una situación que dura ya más de 50 años en los que, debido a la agricultura intensiva y a la búsqueda de una mayor eficacia, las plantas y pequeños animales salvajes que vivían en nuestros campos estaban desapareciendo sin cesar. Por eso los gobiernos de todo el mundo han puesto en marcha Planes de Acción para la Biodiversidad. En Europa, la próxima reforma de la de la Política Agraria Común (PAC) tratará de desplazar las subvenciones a la producción hacia los planes de desarrollo rural y ecológico. Podría ser que esa reforma, que aumentaría los fondos para los planes agroambientales, marcara el inicio de un periodo de creación de nuevos hábitats a una escala nunca vista hasta ahora. En este contexto se desarrolla el plan Buzz, un proyecto piloto que pretende aportar nuevas pruebas de la importancia de la biodiversidad para la agricultura y ayudar a los agricultores a aprender y poner en práctica las nuevas técnicas de agricultura ecológica. En todas las parcelas experimentadas se sembraron las mismas semillas y, a pesar de que el suelo era distinto, una buena gestión durante las primeras fases de la cosecha aseguró un crecimiento uniforme. Una de las características comunes de los nuevos hábitats ha sido la aparición de flores silvestres, muchas veces de especies que hace años que no se veían. Las tierras no cultivadas, que se dejan por ejemplo un año en barbecho, se convierten en baldíos permanentes muy difíciles de recuperar, pero con el nuevo plan se van a evaluar las posibilidades reales de que se dé una flora que se renueve todos los años.