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Separados con éxito

Los siameses egipcios Ahmed y Mohamed Ibrahi, de dos años, podrán vivir sus propias vidas después de que un equipo de médicos norteamericanos separara sus cabezas

Los siameses Ahmed y Mohamed Ibrahim antes de ser separados este fin de semana en Dallas

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Efe - efe | dallas

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Ahmed y Mohamed Ibrahim, los hermanos siameses egipcios de dos años de edad unidos por el cráneo, fueron separados ayer con éxito después de 26 horas de intervención quirúrgica en el Centro Médico Infantil de Dallas (Texas), informaron los médicos. Este centro hospitalario confirmó la noticia en un comunicado, en el que precisó que la separación definitiva se produjo a las 15.17 GMT y que durante la cirugía los niños no sufrieron pérdidas de sangre importantes, ni problemas pulmonares o neurológicos. La confirmación se produjo una hora después de que el doctor Jim Thomas, jefe de la unidad de cuidados intensivos del centro médico, manifestara que Ahmed y Mohamed estaban «a una distancia sorprendente de vivir vidas independientes». Según el facultativo, «las cosas han marchado según los planes quirúrgicos. No ha habido sorpresas y no ha surgido ninguna de las complicaciones potenciales que habían previsto los cirujanos». Thomas precisó que una vez que el proceso de separación de las cabezas concluyera, un equipo de cirujanos craneales y faciales tratará de recomponer los cráneos de los niños. Para ello se utiliza piel de sus propias cabezas, que se expandió con unos dispositivo que se les injertaron cinco meses antes de la operación, y con piel de sus piernas, en las que se empleó el mismo procedimiento para conseguir tejido compatible. Esta fase de la operación se prolongará al menos seis horas, dijo Thomas, quien precisó que no será más que el inicio de un largo proceso de reconstrucción. En la fase más complicada de la operación participaron cinco neurocirujanos pediátricos, que separaron la intrincada red de venas y arterias y la porción de tejido cerebral que separaban a los hermanos egipcios. Thomas explicó que lo más complicado era estabilizar la vena que evacuaba la sangre del cerebro de uno de los niños, puesto que en vez de regresar a su sistema circulatorio pasaba al de su hermano. «El hemisferio izquierdo es el que más complicaciones va a presentar», según adelantó el facultativo. Si no se conseguía estabilizar sus sistemas circulatorios, Ahmed y Mohamed podían morir, a lo que se sumaba además el hecho de que los niños han compartido parte de la masa cerebral, que los médicos confiaban en poder dividir sin causar graves daños.