Diario de León
Publicado por
RAFAEL GUIJARRO
León

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QUÉ UNANIMIDAD más rara esa de meter en la cárcel a los exbanqueros que estafan y se quedan con el dinero de los demás. Sólo son unos millones de euros en comparación a las cifras mastodónticas que se oyen en boca de políticos y empresarios de los que compran y venden como si fuera agua. Pero ha habido unanimidad absoluta del Gobierno, la oposición, los sindicatos, la patronal, los afectados por la estafa, todo bicho viviente, salvo los dos encausados se supone, están de acuerdo con que esos señores tienen que ir a la cárcel, aun sabiendo que van a salir al día siguiente recalificados en tercer grado porque se les aplica el código Belloch y no la reforma del PP posterior. La Justicia siempre aplica al encausado la ley que más le favorece y nunca con efectos retroactivos, salvo lo que pasó con Rumasa, que hicieron la ley por la noche del día que se la incautaron, pero en fin todo sistema judicial tiene alguna historia negra, como se ha visto con lo de la chica de Málaga y los que asesinaron a dos Ertzainas. En el caso de meter la pata en algún asunto delictivo, es mucho mejor que se pueda demostrar que la cosa sucedió hace algún tiempo que ya empieza a ser lejano, y que así le toque a uno el código Belloch, porque fue diseñado para que los delitos prescribieran enseguida, y para que la mayor parte de los penados se aliviaran pronto de disfrutar a tope la estancia carcelaria: de día y de noche, y durante el tiempo que durara la condena. Entre unas cosas y otras, la Justicia diseñada en aquellos tiempos por el mismo ministro que la aplicaba, ha traído estos casos de pelotazo con retrasos considerables, al borde de la prescripción, como pasó con el caso Marey y otros. Lo único que queda para resolver de aquellos tiempos vendría de que algunos de los encarcelados, delatando a sus compinches con la nueva figura que se ha introducido, además de mostrar su arrepentimiento y devolver el dinero que se llevaron, verían acortada su pena y para los compinches no habría prescrito nada. Al no haber sido juzgados nunca, el procedimiento con ellos podría partir de cero para algunos delitos particularmente reprobables, como este de llevarse el dinero flagrantemente u otros.

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