Sí a las grasas insaturadas en la dieta diaria

El culto al cuerpo, muchas veces basado en erróneas creencias, ha llevado a que muchas personas rechacen de manera sistemática la ingesta de cualquier tipo de grasa. Los expertos consideran que tanto esta postura como la contraria no tardarán en pasar factura al organismo, por lo que recomiendan una alimentación equilibrada y rica en grasas insaturadas. Entre los últimos estudios destaca el realizado por el Instituto Omega 3 que demuestra que la ingesta de este ácido es un buen aliado en la prevención y tratamiento de las enfermedades cardiovasculares. Los españoles han cambiado radicalmente su alimentación en los últimos 50 años. Consecuencia del bienestar se ha incrementado la ingesta de grasas y reducido los cereales, frutas y verduras. Según el profesor José Mataix, catedrático de Fisiología y director del Instituto de Nutrición de la Facultad de Farmacia de Granada, «la ventaja del desarrollo tiene una servidumbre», que no supone lo mejor para la salud. «El problema es actuar contra la grasa, pero sin una mentalidad grasofóbica y dar un sentido saludable a la alimentación», porque para este experto «la grasa no es un pecado ni algo malísimo». «Las grasas no sólo engordan, sin que también influyen sobre todas las células del organismo y en especial sobre su membrana». El doctor Mataix explica que dentro de las grasas (triglicéridos) ingeridas en la dieta mediterránea, las más beneficiosas son las insaturadas de las que existen distintos tipos, pero las más representativas son las monoinsaturadas, entre las que se encuentra el ácido oleico, presente en el aceite de oliva, y las poliinsaturadas, cuyos representante principal es el ácido omega 3, que se encuentra en el pescado azul. La combinación de ambos tipos de grasas es para este experto ideal