El retorno de Egipto

En noviembre se cumple un año del derrumbe de la casa palaciega de Don Gutierre después de una semana intensa de lluvias y siete años de la primera oferta municipal para comprar la casona que, con el correr de los siglos, heredó el nombre de uno de los magnates de la corte leonesa de los siglos XI y XII. A un mes del fatídico acontecimiento, la técnica y la maquinaria pesada han devuelto a los muros del torreón, en la primera planta, el retablo que precisamente relata el regreso, que no la huída, de Jesús y su familia de Egipto. Acorazada en un embalaje que la protegerá de lluvias, polvo y vándalos, la singular capilla de yeso fue apuntalada y allí permanecerá durante los próximos nueve o 12 meses expectante a la restauración-reconstrucción del edificio derrumbado. Estos son los plazos -el optimista y el pesimista- que el arquitecto prevé para finalizar la obra y entregársela al Ayuntamiento según lo acordado en el convenio que firmó con la sociedad UFC, filial de la constructora Begar. En julio u octubre de 2004 regreserán también a su sitio los restos del artesonado -en realidad es una cubierta de alfarje- pero ni ménsulas ni vigas van a tener dificultades para traspasar puertas o ventanas. La capilla, sin embargo, había que devolverla a su sitio antes de que se terminara el forjado. Durante los últimos ocho meses, las restauradoras de El Retablo han estudiado el tipo de pintura y la obra de la capilla y han descubierto que las puertas que lo cerraban «no tienen nada que merezca la pena conservar», asegura María Luisa Carbajo. La iconografía está ejecutada al óleo y los estudios han descubierto repintes por debajo de la capa superficial pero «ni por la calidad ni por el estado de conservación que presenta merecería la pena descubrirla», precisa la restauradora. En el taller se ha realizado un sentado de la pintura y consolidado las zonas que corrían riesgo de desprendimiento, pero la restauración como tal se llevará a cabo «in situ» una vez que culminen las obras. Se trata de una «pieza muy original» por estar realizada en yeso y no en madera como es corriente en los retablos pero, ante todo, destaca como ejemplo de la costumbre de las familias de abolengo de hacerse instalar capillas y oratorios en el hogar. Luis Grau lo data a finales del XVIII o principios del XIX. El sombrero de la Virgen (moda francesa, época imperio) y el estilo rococó de la decoración floral y de los angelotes son algunas de las pistas que ha encontrado el director del Museo de León al rastrear la fecha de ejecución de la obra. Pero lo que más ha llamado la atención a los expertos desde que se iniciaron los estudios del palacio es el tema de las pinturas: un niño Jesús ya mayor ha hecho pensar que no se trata de la clásica y más manida Huida a Egipto de la sagrada familia, sino su regreso a Palestina. El auténtico palacio de Don Gutierre estuvo situado en la esquina de Cascalería, destruido a finales del XIX y lo que se conserva es la remodelación sucesiva de otro edificio que tuvo su origen en el XV alrededor del torreón.