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El osteópata logra restaurar la función de huesos y articulaciones y relaja la tensión muscular

Osteopatía: las manos que curan

La técnica consiste en recolocar correctamente los huesos aplicando ciertos movimientos

Publicado por
T. Gómez - león
León

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Aunque en la actualidad la medicina natural mueve en todo el mundo miles de millones de euros y existen técnicas muy distintas, sólo algunas como la osteopatía y el masaje han demostrado efectos beneficiosos para la salud. La osteopatía tiene como objetivo relajar la tensión de músculos y ligamentos y restaurar la función de huesos y articulaciones con el fin de recuperar la capacidad autocurativa del organismo respetando siempre los principios generales de la medicina. Para los osteópatas, la columna vertebral es el centro de interés, por lo que los desequilibrios causados tanto por la postura bípeda como por los defectos adquiridos a la hora de sentarnos, coger pesos, etcétera, provocan reflejos anatómicos y compresión arterial, alterando el flujo sanguíneo y la transmisión nerviosa. La curación se realiza mediante métodos naturales de recolocación correcta de los huesos aplicando movimientos rítmicos similares al masaje y destinados a restablecer la circulación sanguínea. En la mayor parte de los afectados se tratan primero los tejidos blandos (para devolver la elasticidad muscular), tendones y ligamentos antes de proceder a la actuación osteopática. Múltiples aplicaciones Dolores cervicales, tortícolis, ciáticas, lumbalgias, pinzamientos vertebrales nerviosos, tendinitis, esguinces o contracturas musculares son algunos de los problemas que llevan a muchos enfermos a la consulta del osteópata. La osteopatía también está indicada como prevención para evitar posibles dolencias derivadas de la actividad deportiva así como de malas posturas en la actividad diaria. Además, se aplica en el tratamiento de dolencias orgánicas como trastornos digestivos, asma, alergias, cefaleas, dolores menstruales y para aliviar las cicatrizaciones después de una intervención quirúrgica. Está prohibida en el tratamiento de enfermedades propias de los huesos o articulaciones como osteoporosis, cáncer de huesos o artritis y en casos de graves trastornos de la circulación sanguínea. Una de sus variantes es la terapia sacrocraneal consistente en la manipulación de los huesos del sacro y del cráneo mediante contactos tan suaves que apenas son perceptibles. Al igual que la osteopatía es un tratamiento relajante e indoloro que estimula la recuperación corporal descargando la tensión, reforzando el sistema inmunológico y restableciendo el equilibrio hormonal. Está indicada para aliviar el estrés, los dolores cervicales y de espalda. En cuanto a la quiropraxia, una práctica centrada en el equilibrio de la columna vertebral, al ser la médula espinal la conexión por la que los nervios se distribuyen por todo el cuerpo, consiste en manipular las articulaciones para reajustar los huesos evitando tener que recurrir a la medicación o la cirugía. Está indicada para aliviar dolores lumbares, musculoesqueléticos, luxaciones y ciáticas, no debiendo emplearse nunca para tratar fracturas ni enfermedades óseas. Según el Grupo Español para la Investigación y el Tratamiento del Cáncer de Mama cada año se diagnostican 15.000 nuevos casos, cifra similar a la de países mediterráneos, e inferior a la existente en los del norte de Europa, Inglaterra y EEUU. En Japón, por su alimentación, y en los países subdesarrollados, por sufrir problemas de salud mucho más graves, la incidencia es muy baja. Además, los especialistas han destacado que la resonancia magnética es mucho más sensible y rentable que la mamografía, ecografía y exploración médica para detectar tumores ocultos.