A LA ÚLTIMA
Barullo memorable
LO DE la Conferencia de Donantes es un barullo memorable, porque en definitiva nadie sabe -bueno, algunos sí- cuánto, por qué y para qué tendría que aportar un dinero que nada más que los que atacaron y destruyeron Irak deberían aportar. Yo no entiendo por qué tienen que pagar los vidrios rotos quienes no los rompieron. Y está más que oscuro lo de las donaciones, que en muchos casos van a ser inversiones interesadas o préstamos a devolver. Tampoco me cabe en la cabeza por qué esa Conferencia tiene que celebrarse en España, pues alguien podría sospechar que es porque algo tuvo España que ver con aquella guerra ilegal, injusta, destructiva y genocida. No tuvo que haber tal Conferencia y de haberla, debió celebrarse en la Casa Blanca o en el rancho de Texas, qué demonios. También me da un poco de pena el papel de la ONU y de su secretario general, que parece que no han tenido más remedio que someterse a los dictados del más poderoso. Que si, que sí, que alguien me avise cuando sea posible bajarse de este autobús (el mundo de Bush). No sé si lo de los familiares de los militares muertos en el Yakovlev tiene algo que ver con todo lo anterior, pero en cualquier caso es lo más conmovedor de los últimos tiempos. Alguien había dicho ese despropósito de que en las protestas había muchos familiares que no eran de primer grado, lo que no es cierto y además sería un despropósito aunque lo fuese, ¿o es que los familiares de segundo grado no quieren a sus muertos? Esas cartas y esas declaraciones de padres y hermanos de militares fallecidos en aquel accidente todavía inexplicado son lo bastante claras como para ponernos a todos el corazón en un puño y al ministro de Defensa la cara roja de vergüenza. Por lo visto no era bastante con perder a su s hijos o hermanos: tenían que sufrir después -son sus palabras- las ocultaciones sistemáticas, los malos gestos, las palabras inconvenientes, las promesas incumplidas, las faltas de respeto, incluso la respuesta decepcionante del poder a estas últimas quejas. Me quiero bajar de este autobús porque tampoco soporto esto.