CORNADA DE LOBO
Viva lo feo
ABERRANTE PARECE, plata no es, sólo el mal gusto nos crece y ahora se triunfa al revés... Contemple el alma dormida ese plasticorro hiriente que eclipsa al monumento entero (plateresco alarde de sepultada visión ahora), avive el seso y despierte contemplando cómo se muere el estilo y cómo se alfombra el negocio... tan callando. Frente al conventazo-parador de San Marcos, como si se tratara de un ocupa empadronado en plaza pública, suelo del común, se alza inflado un fudre de plástico que aloja una exposición divulgativa con el ostentoso patrocinio de una entidad privada, publicidad al canto señalada con tal hemorragia de colorete, que provoca deslumbramiento y hasta conjuntivitis. Horribilis plásticus; Roma sí paga a traidores del buen gusto y del sentido común, pues llama a perplejidad y escándalo que la autoridad que muestra por ley un inflexible criterio en tocando a patrimonio monumental se fume después su rigor y plantifique ante una joya artística un pegote hiriente que ajusticia y parasita, un guantazo a la mirada, un porquesí y otro pormispelotas. Y sobre todo, estorba, se traviesa (el undécimo, no estorbarás). En toda foto de guiri se cuela el bodrio y no hay modo de impedirlo; allí asomará el logotipo, la carpa o el cetáceo como aquel tonto del pueblo que colaba su geró y el paso cambiado en desfiles o instantáneas. Viene a ser moda y manía esto de colocar tiendas y tenderos en espacios públicos de privilegio. Frente a la joya de Gaudí en Botines y enmascarando con mucho delito la belleza renacentista del Palacio de los Gañanes han instalado estos días un exagerado estaribel de propaganda y telefonía, una real patada en la boca del León monumental, otro sospechoso porquesí. Epidemia habemus. Porque ocurre en ese ámbito urbano de San Marcelo que es rara la vez que no está ocupado por instalaciones mastuerzas que contaminan toda contemplación, ya sean horrendas pistas de hielo, casetos de cutre hechura, escenarios colosales de barato plasticorro negro que el propio ayuntamiento impone, promociones comerciales de toda ralea, oficinas de reclutamiento militar con autobuses gigantes que llevan pintada por fuera la guerra en colorín y primavera... viva la tienda, viva el tendero, viva el negocio, viva el pandero, ya somos socios, viva lo feo, viva el dinero.