España reduce su ayuda a los países pobres africanos para apoyar a Irak

La intervención española en Irak al lado de la coalición atacante, formada por Estados Unidos y Gran Bretaña, la están pagando algunos de los países más pobres de África y, por ende, del mundo. España destina a la región subsahariana un 54% menos de lo previsto en el Plan Director de la Cooperación y el flujo de ayudas se ha estancado, mientras crecen en paralelo los fondos destinados a Afganistán, Pakistán e Irak, según el último informe sobre La realidad de la ayuda española editado por Intermón-Oxfam. La llegada del PP al Gobierno y el nuevo sesgo de la política exterior española, su alineamiento absoluto con EE.UU., han reorientando la cooperación al desarrollo para mal, denuncia una vez más esta veterana ong. España, dicen sus responsables, saca pecho internacionalmente y reparte la ayuda oficial en función de sus intereses estratégicos de última hora, marcados hoy por las guerras gestionadas por la Administración Bush, en detrimento de países depauperados de África y de otras regiones del Tercer Mundo. Sólo así se entiende que entre los receptores emergentes de fondos españoles en el 2002 y 2003 se sitúen estados de renta intermedia de Asia Central, Extremo Oriente, Europa Central y Oriental; y, sobre todo, que aparezcan en lugar destacado Afganistán, Pakistán e Irak. Los 257 millones de euros comprometidos en la Conferencia de Donantes para Irak , aunque sólo 190 de ellos son de nueva asignación, son la mayor partida destinada nunca por España a un país no considerado «prioritario» por el Plan Director de la cooperación española. Los más pobres pagan Sólo por esta línea perversa de prioridades se explica, a juicio de Intermón, la paradoja sangrante de que tres de los países más pobres de África paguen a España en lugar de recibir su solidaridad. Entre 2001 y 2002, Etiopía, Uganda y Camerún tuvieron que reembolsar 20 millones de euros por devolución de créditos FAD a España, seis veces más de lo que recibieron de ésta a fondo perdido, 3,6 millones de euros. En el caso de Etiopía, aquejada de sequías, hambrunas y guerras, tres de cada cuatro personas sobreviven con menos de dos dólares al día. Aun así, su gobierno abonó 3,5 millones de euros a la administración española, ó los 12 millones reintegrados por Camerún por unos créditos FAD de 1994 para la construcción de barcos pesqueros. La realidad de la ayuda se hace eco de éstos y otros ejemplos que evidencian, un año sí y otro también, los eternos problemas de la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) española. El raquitismo primero, apenas un 0,26% del PIB en 2002, y previsiblemente un 0,28% en 2004; el mercantilismo después, al canalizar buena parte de los fondos a través de los créditos FAD, condicionados a la compra de bienes y servicios españoles; y en los últimos tiempos, además, el militarismo. En el caso de Irak, sólo unos 15 millones de euros de los 96 millones destinados inicialmente son propiamente de ayuda humanitaria.