Todavía tiene que estar bajo vigilancia médica aunque su estado de salud es bueno
Duque confía ser «el número dos» para volar en el Columbus
El astronauta afirma que «volar es su trabajo» y que tiene «carrete» para seguir todavía un tiempo
Tras su regreso el martes a la Tierra, el español Pedro Duque confía seguir ocupando el segundo puesto en la cola de astronautas de la UE que viajarán a la ISS en cuanto se acople a ella el módulo europeo Columbus. Duque recordó en entrevista a EFE que antes de que surgiera el proyecto del Gobierno de España de la misión Cervantes que acaba de cumplir, él ya era el «segundo en la cola» para trabajar en el módulo europeo de la Estación Espacial Internacional (ISS). «Vamos a ver cuántos puestos me he retrasado. Esperemos que ninguno», dijo Duque, que aguarda con impaciencia su regreso a la Agencia Espacial Europea para que allí le digan cuáles son sus opciones. Mientras, habrá que esperar que se reanuden los vuelos de los transbordadores estadounidenses -suspendidos tras la tragedia del Columbia- que deben llevar el módulo europeo al espacio. «Todo depende de los retrasos y de muchas otras cosas», dijo, pero lo que sí tiene claro es que quiere volver al espacio. «Volar es mi trabajo. Yo creo que todavía tengo carrete para seguir en este trabajo», insistió. Volver durante más tiempo Duque quiere cumplir su deseo de trabajar en el espacio durante más tiempo, quizás medio año, como acaban de hacer sus compañeros de retorno, el ruso Yuri Malénchenko y el norteamericano Edward Lu. Incluso tras ver lo duro que fue para ellos la readaptación a la gravedad terrestre después de 186 días en el espacio, Duque no abandona el sueño en una misión espacial de larga duración. El mismo, tras diez días de vuelo, se siente aún incómodo por la permanente atención médica que le rodea. «Yo estoy perfectamente y no tengo ganas de estar sometido a regímenes especiales ni cosas por el estilo. Tengo aquí a gente a la que quiero ver y me cuesta. Es algo visceral. Me gustaría escapar», explica. Además, considera que es propio de los astronautas «tratar de reducir al mínimo indispensable» su intenso trato con los médicos, que resulta inevitable. Quienes no lo pueden hacer por ahora son sus compañeros Maléntchenko y Lu, después de medio año de ingravidez. Pero sus problemas de readaptación no asustan a Duque.