Maltrato informático

HOLA. Soy un niño tolerante. En clase, la señorita nos hace dibujar palomitas de la paz que, por curioso que pueda resultar, no se comen, como las palomitas de verdad. De vez en cuando, a la señorita le da por obligarnos a cantar «Se equivocó la paloma, se equivocaba». Entonces se le pierde la vista y se queda como atontada durante un rato. Creo que piensa en novios antiguos y en esas cosas en las que siempre piensan los mayores. Por eso yo no entiendo la violencia, y menos contra nuestros semejantes, los ordenadores, la mayor parte de ellos inmigrantes, porque vienen de países extranjeros muy lejanos donde hay niños chinitos y negritos. He leído que el 43 por ciento de los españoles (y de las españolas, supongo) insulta, grita o pega a su ordenador. Creo que esto no está bien, y además es un signo de intolerancia y de ser un ultraderechista y un cacho facha, que son los únicos que hacen estas cosas. Un ordenador es como un animalito pequeño, como un gatito suave, que tiene su propia vida y sentimientos aunque, por razones culturales, la mayor parte de las veces no les comprendamos. A veces tienen el día malo y están enfurruñados y raros, como mi mamá algunas veces. Pero en otras ocasiones, salen de su melancolía y piden multimedia a todo pasto y valerosas singladuras por Internet, y entonces es también como mi mamá, que a veces se queda mirando a mi papá con ojos turbios, y le habla con voz ronca y ronronea como el gatito, y le pide a papá que la lleve a la habitación. Debe ser para tomarse alguna pastilla para aclarar la voz, porque luego ella sale con la voz clara y mi papá un poco atontado, el pobre. Creo que los españoles (y las españolas, supongo) deberían ser más tolerantes con sus ordenadores, y entender que, aunque les hagan la vida imposible, es porque tienen diferencias culturales con nosotros, y además es muy peligroso arrearle un tortazo al monitor, y peor a la caja donde está el cerebro del ordenador, que se puede quedar entonces tarado para siempre, y entonces se van a tener que deshacer de él como si fuera un abuelito, y eso está mal, porque abuelitos hay muchos, pero los ordenadores cuestan un dineral.