Punto y final a la polémica

El tan aclamado derribo del edificio de viviendas inacabado adosado a la iglesia de San Pedro concluyó ayer después de que hace ya años los vecinos del entorno de la Catedral y del barrio del Ejido trasladaran al Ayuntamiento de León la necesidad de que interviniera contra la construcción del edificio. La demolición ha supuesto un coste para las arcas municipales cercano a los 36.000 euros. El principio del fin de esta estructura de hormigón comenzó el pasado 19 de septiembre ya que, según varios entendidos en la materia, afeaba notablemente en entorno en el que fue levantada, muy próximo a la iglesia de San Pedro. La comisión de gobierno celebrada en el pasado mes de julio aprobó por vía de urgencia el proyecto de demolición del inacabado edificio, objeto de polémida durante todo este tiempo. El trabajo fue realizado por técnicos municipales, tal y como explicó en su día el concejal de Urbanismo, Francisco Gutiérrez. En este sentido, aseguró también que se trata de otro paso más «legalmente preceptivo» dentro del largo proceso para que la iglesia de San Pedro deje de tener pegada esa estructura. Pese a que se necesitaba la celebración de un pleno, Gutiérrez contrató la demolición de la misma de forma paralela. La denominada casa de los Porreros, como se conoce a esta estructura inacaba adosada al templo de San Pedro, fue proyectada para albergar un edificio de dos viviendas y locales. Desde siempre, entre los ciudadanos, se pensó que dañaba la imagen de unidad del casco antiguo y el conjunto histórico del propio templo, así como perjudicaba el diseño urbanístico de los barrios colindantes. Una modificación del Plan Especial de Protección y Mejora del Casco Antiguo declaró ya esta zona como espacio libre público, donde no podrá volver a construirse jamás. La construcción fue paralizada hace cuatro años cuando contaba cont odos los permisos en regla. Llegó a provocar numerosas manifestaciones y protestas. En este sentido, los vecinos y comerciantes que viven y trabajan en los alrededores de la iglesia de San Pedro protagonizaron una concentración a las puertas del templo durante el pasado mes de febrero para pedir al Ayuntamiento una solución. A partir de ahora, dado que el derribo se ha concluido con éxito, el entorno de la iglesia de San Pedro será beneficiado con un espacio libre que probablemente acabe siendo una rinconada verde dotada de amplio mobiliario urbano.