Gente de aquí | Historias de fútbol
La conexión berciana de Letizia
El abuelo materno de la futura Reina fue interior izquierdo de la Ponferradina a mediados de la década de los cuarenta
El mundo es un pañuelo. Desde que se conoció la noticia del inminente enlace matrimonial entre el Príncipe heredero a la corona española, don Felipe de Borbón, y su prometida, la periodista asturiana Letizia Ortiz Rocasolano, no han cesado las informaciones respecto a los antecedentes de la futura Reina y de todos sus parientes. Uno de ellos se ha hecho famoso en contra de su voluntad y de la forma más inesperada. Que a los 86 años de edad le digan a uno que va a ser abuelo de la esposa del príncipe Felipe, debe ser, cuando menos, fuerte. El caso es que hurgando en el pasado de don Francisco Rocasolano Camacho, padre de la madre de Letizia, se descubre que también en su mocedad se dedicó a la cosa del balompié, que así era como pomposamente se denominaba al foot-ball . Y en su tránsito y peregrinaje por algunos de los modestos equipos de la época, también recaló en la Sociedad Deportiva Ponferradina, durante dos temporadas en la década de los cuarenta. Lo aseguran quienes todavía resisten a los avatares del destino y de su propia salud, los mismos que tuvieron ocasión de compartir incluso vestuario con el abuelo de Letizia. El guardameta Emiliano, patrón del Hotel Madrid, compartió camiseta con el madrileño y lo recuerda como un tipo elegante y presumido, a la par que buen pelotero en su demarcación de interior. También elogia sus habilidades con la pelota Eloy Quirós, aunque éste jugaría en la Deportiva unos años después. Por lo visto, fue fichado, junto con algún otro compañero, de un equipo madrileño llamado Imperio, o algo así. El caso es que se estableció como jugador profesional en la Deportiva y como inquilino de una pensión en la calle Juan de Lama. Abel Miranda, hijo del fundador del club blanquiazul, también se acuerda de su fútbol estilista, porque debía ser un tipo menudo a la par que hábil. Jugaba en el mismo equipo que Emiliano, Del Pino, Milocho, Adolfo, Dico, Tití, Rada, Ernesto, Breijo y Neira. Todos están arriba. Corría el año 44. ¡Cómo ha cambiado la vida! Y si no, que le pregunten a Don Francisco.