La coalición ha demostrado poder sobrevivir a Pujol y sin él en las listas electorales ha sumado su séptima victoria consecutiva desde 1980.
Tras los comicios, más que nunca, Artur Mas se convierte en «delfín» oficial de Jordi Pujol.
La decepción de los nacionalistas se transformó en euforia cuando, superado el 80% del escrutinio, Ciu comenzó a aventajar al partido de Maragall.
La emoción del candidato del ERC tenía su lñogica. No sólo por duplicar sus escaños a costa de convergentes y socialistas sino por convertirse en la 'bisagra' necesaria para gobernar en mayoría.
Desde el principio del escrutinio la sede de ERC se convirtió en una fiesta.
Josep Lluís Carod-Rovira deberá decidirse entre apoyar al "bloque de izquierdas", formado por el PSC-PSOE e ICV-EUiA o apoyar a CiU que lidera Artur Mas.
Una vez más el sistema electoral catalán ha jugado en contra del PSC, la fuerza más votada. Maragall aún tiene posibilidades de ser Presidet siempre que se alíen PSC, ERC e ICV.
A pesar de ser la fuerza más votada y conquistar 52 escaños, los socialistas han perdido el 6,68 por ciento de los votos respecto a las autonómicas del 99.
El candidato del Partido Popular , Josep Piqué, manifestó que se habían cumplido sus expectativas, al pasar de doce a quince diputados y e incrementar en un treinta por ciento el apoyo en votos absolutos.
Para Piqué, el proceso ha sido la confirmación de que Cataluña se está moderando. Criticó, no obstante, que ahora socialistas y convergentes dependan de los republicanos para gobernar.
ICV-EUiA ha pasado de 5 a 9 escaños y será clave para vertebrar un gobierno de izquierdas. Joan Saura ha emplazado a ERC a que no repita el error de 1980, cuando dieron el gobierno a CiU.