La industria alimentaria se conciencia

Si ya nadie se sorprende de los mensajes que aparecen en las cajetillas de tabaco advirtiendo sobre sus peligros, ¿qué sucedería si en la etiqueta de un alimento se leyese «su consumo habitual puede producir obesidad»? De momento, algunas empresas ya han comenzado a dar los primeros pasos y, así, la multinacional Kraft ha anunciado que reducirá las grasas de algunos de sus productos, investigará alternativas más dietéticas y aumentará en su etiquetado la información al consumidor. No obstante, esta iniciativa ya tiene precedentes. McDonalds informa a los consumidores que venderá hamburguesas de pescado y más postres de frutas y está probando un menú compuesto por una ensalada, un libro de ejercicios que anima a caminar y un medidor de pasos. Burger King, por su parte, elabora hamburguesas de pollo con la décima parte de grasa que las convencionales y desde Nestlé se asegura que se investiga para obtener productos más dietéticos (la leche condensada La Lechera ha bajado su materia grasa del 9 al 0,6%) y declaran su compromiso con el etiquetado para ofrecer al consumidor una elección responsable. Sin embargo, muchos escépticos dudan de la eficacia de estas medidas si el cliente no pone fuerza de voluntad por su parte y sospechan que detrás de ellas se esconde mejorar la imagen pública y aumentar las ventas.