Diario de León

El Mono se apunta al botillo

Germán Burgos aprovechó su presencia en la cena anual del Atlético Bembibre para insuflarle ánimos a la plantilla del cuadro berciano, que es el «farolillo rojo» de Tercera División

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Ramón Díez - ponferrada
Ponferrada

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El guardameta argentino del Atlético de Madrid, Germán Mono Burgos, se pasó ayer por Bembibre para convertirse en la estrella invitada de la cena anual que celebraba anoche el Atlético Bembibre. El Mono, haciendo alarde de un gran humor y gran amabilidad, no se cansó de firmar autógrafos y de posar para los aficionados del conjunto berciano, así como para aquellos devotos de su equipo que también se pasaron por el restaurante New Brothers. Antes de dirigirse al encuentro con los aficionados, el argentino estuvo en el campo de Los Juncos, insuflando ánimos a la plantilla rojiblanca, que está atravesando por un momento particularmente delicado. Los de José Aláez ocupan la última posición de la clasificación en Tercera División, después de haber ganado sólo un encuentro y empatado otros dos. Sobre el particular, el Mono afirmó que «el fútbol es cosa de rachas, ahora están atravesando por un mal momento, pero eso puede cambiar pronto, estoy seguro». El gesto es de alabar para un hombre que, como luego se pudo apreciar, gusta de mezclarse con los menos agraciados, un colectivo en el que felizmente no se encuentra el argentino. Tuvo además la gentileza de atender a los informadores minutos antes de dar buena cuenta de un botillo, para dejar algunas perlas de su particular filosofía del fútbol y de la vida misma. Sobre el deporte que le ha proporcionado fama y dinero, Germán Burgos dijo que no considera el fútbol como un trabajo y nadie le creería si afirmara lo contrario, sobre todo viendo cómo se lo pasa sobre el terreno de juego, casi con independencia del resultado. Para muestra un botón: hace poco perdieron en Valladolid, pero él se divirtió igual y su hija le reconfortó. «No te preocupes papá, por lo menos has jugado el partido», le dijo. Meses atrás, otro legendario meta argentino, el Loco Gatti estuvo en Ponferrada y desde allí pidió un enfrentamiento con este seguidor suyo que ahora defiende el marco del Atlético de Madrid. Germán no rehuyó el choque «me gustaría, por qué no, pero bueno, lo cierto es que Hugo es un procer para mí, si soy arquero se lo debo a él en buena medida». La razón por la que Germán Burgos estuvo ayer en Bembibre estriba en la gran amistad que le une con el dueño del restaurante La Pampa Argentina, ubicado en Majadahonda, Venancio Molinero, natural de San Justo de Cabanillas, localidad del Bierzo Alto, próxima a Noceda. El 17 de diciembre lo verán en León midiéndose a la Cultural: «Será un escollo difícil, aunque les ganamos el año pasado, pero a un partido...».

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